Langreo, L. M. D.

Uno de los aspectos más polémicos de la historia de la compañía Venturo XXI fue la adquisición de su sede. El edificio, de 3.017 metros cuadrados divididos en tres plantas, se compró por 360.000 euros más IVA en 2008, haciendo efectiva una cláusula de adquisición firmada por Venturo XXI con Hunosa al inicio de su andadura en 2005. El inmueble fue tasado ese mismo año, meses antes de la compra, en 3.511.152 euros. Sin embargo, tal y como se establece en el informe preliminar del concurso de acreedores, en caso de venta sólo podría cubrir deudas por valor de 216.050 euros, a causa de las distintas cargas hipotecarias que pesan sobre él. La mayor parte del dinero, en caso de ser vendido en 1,5 millones, iría a parar directamente a los bancos acreedores.

El documento explica que el edificio sede de Venturo XXI ha vuelto a ser tasado durante la elaboración del informe previo del concurso de acreedores por la misma compañía, y que en este caso se determinó un valor de 1.581.689 euros, 2 millones menos de los tasados hace dos años. La edificación tiene varias cargas: una hipoteca a favor del Banco Popular, firmada el 1 de julio de 2008, por valor de 600.000 euros; una hipoteca en la misma entidad, «para responder del saldo a su cierre de cuenta» de hasta un máximo de 660.000 euros; una hipoteca unilateral a favor de la Agencia Estatal de Administración Tributaria para responder de 152.607 euros y una tercera hipoteca en el Banco Popular, para responder de hasta un máximo de 130.000 euros. A causa de todos estos créditos, la propiedad, tasada en casi 1,6 millones, tiene un valor neto contable de sólo 216.050 euros.

En el informe también se valoran el resto de propiedades de la cartográfica. Los terrenos circundantes a la sede tiene un valor neto contable de 218.240 euros; el mobiliario, de 162.420 euros; los equipos para procesos de información, 354.631 euros y las existencias (trabajos ejecutados o en ejecución no facturados) de 406.342 euros.

El edificio de Venturo XXI era propiedad de Hunosa. El Ayuntamiento de San Martín había solicitado 1,8 millones de euros para arreglarlo y adecuarlo a las exigencias de la cartográfica, pero la lentitud de estos trámites hizo que fuera la empresa minera la que ejecutase por su cuenta las obras. En julio de 2006, Venturo XXI inauguraba sus instalaciones en el valle de La Güeria Carrocera. La empresa ejecutó la opción de compra que tenía por el inmueble (360.000 euros más IVA), una cantidad muy inferior a lo que se invirtió en arreglarlo y en lo que estaba tasado por aquel entonces (3,5 millones).