Langreo, L. M. D.

Duro Felguera llegó a tener en toda Asturias, en la década de los 60, un total de 25.000 empleados. Representaba la principal empresa hullera nacional y contaba con algunas de las instalaciones siderúrgicas más potentes de España. La crisis de finales de esa década prácticamente desmontó el imperio fundado por Pedro Duro a mediados del siglo XIX. Pero en los 70 la compañía remontó su actividad gracias a la consecución de algunos de los más importantes contratos de obra adjudicados en Europa en esa época. Así, la empresa aún mantenía en Langreo unos 2.000 empleos. Un número que, desde entonces, ha ido disminuyendo progresivamente hasta llegar a los 300 actuales. Unos puestos de trabajo que, según los comités de empresa de Felguera Melt y Felguera Construcciones Mecánicas, la compañía prevé eliminar a medio plazo.

La crisis de finales de los 60 llevó a poner la fábrica de La Felguera (actual polígono de Valnalón) en manos de la siderúrgica púbica Ensidesa, aunque antes pasó por un estatus intermedio: Uninsa. Por su parte, sus minas pasaron a formar engrosar la recién creada empresa pública Hunosa. El Estado pagó 1.300 millones por la parte metalúrgica de Duro, pero la minera, que era deficitaria, se entregó sin apenas compensaciones. A estas alturas, una empresa que muy pocos años antes contaba con 25.000 trabajadores contaba a finales de los 60 con unos 1.750. Fue entonces cuando se montó el «tallerón» de Barros, la actual Felguera Construcciones Mecánicas. La factoría vivió a mediados de los 70 su época de mayor carga de trabajo.

La clave estuvo en la consecución del proyecto Eurodif, un contrato millonario -los documentos hablan de unos 1.500 millones de pesetas de la época- que consistía en la fabricación de todo tipo de estructuras para un enorme laboratorio nuclear francés. Eran los tiempos en los que el país vecino construyó gran parte de su red de centrales nucleares (el método de generación energética más importante del país). El taller de Barros llegó a tener trabajando en sus instalaciones a unas 700 personas, a las que hubo que añadir al menos otro medio millar en los Talleres del Conde, ya abandonados desde hace más de dos décadas. A estos empleos hay que sumar los del resto de talleres que Duro mantenía en el concejo de Langreo. En total, dos millares de personas trabajando directamente a las órdenes de la empresa del hombre que hizo cambiar de patrón a la iglesia de La Felguera (antes de ser destruida en la Guerra Civil su patrona era Santa Eulalia y ahora San Pedro).

Desde entonces, las cifras de empleo de Duro en Langreo han ido descendiendo progresivamente hasta los aproximadamente 300 de la actualidad, divididos en dos filiales, Felguera Construcciones Mecánicas y Felguera Melt: el número más bajo de empleados en el concejo desde la constitución de la empresa. Construcciones Mecánicas conoció el viernes la noticia de que Trabajo rechazaba un expediente de extinción de empleo para 86 de sus trabajadores, una propuesta de la dirección de Duro que los empleados de Barros combatieron con todo tipo de protestas y cortes de carretera y del tráfico ferroviario. En los últimos dos años, Duro ha trasladado desde Langreo a su nueva sede del parque tecnológico de Gijón -construida con las ayudas de los fondos mineros, que en principio debían impulsar el empleo en las zonas deprimidas por la reconversión minera-, al polígono de Asipo y a sus oficinas en la propia ciudad de Gijón un total de 339 empleos de seis de sus filiales.