Podría decirse que la lavianesa Ángeles Coto se ha pasado la mayor parte de su vida entre costuras. Sesenta años, y ya era hora de que alguien decidiese darle un homenaje. Fue una vecina suya de Tiraña la que decidió tirar del teléfono y llamar a las mujeres que, a través de los años, habían pasado por su casa para aprender a coser y hacer vestidos. En total, 38 exalumnas llegadas de distintas partes de la región acudieron ayer hasta el pueblo para compartir mesa y mantel con esta gran mujer. También acudió su hijo, José Ángel Fernández Coto, quien aseguraba ayer que, en todo el tiempo que su madre dio clases de confección, "pudo llegar a tener más de setenta u ochenta alumnas".

Ángeles Coto, que cumplirá 89 años este mes, aprendió la profesión de modista desde muy pequeña. "Se fue a ver a una costurera en Pola de Laviana y aprendió a coser y hacer patrones, como era muy habilidosa, no tuvo ningún problema", explicaba Fernández Coto. Pero no sólo aprendió la profesión, sino que tuvo que aplicarse a muy temprana edad "porque se quedó huérfana de padre muy pronto y había que trabajar". Como modista, la homenajeada no tenía límites creativos. "Lo que más hacía eran vestidos de novia, de esos hizo lo que no está escrito, pero también vestidos, faldas y pantalones, antes no había las tiendas que hay ahora y se trabajaba mucho", apuntó el hijo. Y es que, como recordaba ayer Fernández Coto, "mi madre se levantaba a las cinco de la mañana y se acostaba a la una de la madrugada, casi trabajaba más que mi padre".

Esta mujer continuó su labor como modista hasta hace sólo una década, "que ya decidió retirarse", explicaba ayer su hijo. Sin embargo, su trabajo de toda una vida merecía ser reconocido y por eso se organizó el homenaje de ayer. A la comida, celebrada en el bar de Tiraña, acudieron mujeres no sólo de Laviana, sino de Blimea, Gijón y hasta de Infiesto. "Originariamente, todas eran de la zona, pero se fueron casando e hicieron su vida en otros puntos del Principado, aunque nunca olvidaron a mi madre", señaló Fernández Coto. Ángeles, por su parte, estaba ayer "encantada" con el homenaje en el que recordaron anécdotas de antaño como si no hubiera pasado el tiempo.