Ribadeo / Figueras, S. PÉREZ

Lo que la política ha separado la naturaleza lo ha vuelto a unir. Las disputas galaicoasturianas por la denominación de la ría del Eo han quedado de lado. Por una vez, los vecinos de ambas márgenes parecen dejar aparte sus disputas para coincidir mayoritariamente en un asunto que, por lo que parece, puede sentenciar la supervivencia del estuario. Se trata de la propuesta de la empresa gallega Galigrain, cuya intención es la de construir una plataforma de carga y descarga semiflotante sobre la ría. Un proyecto que supone la construcción de una nave que ocuparía 3.700 metros cuadrados de tierra y 2.200 metros sobre la ría con el objeto de que los grandes mercantes puedan realizar las descargas directamente a los camiones de transporte sin depender de las condiciones meteorológicas.

Marineros ribadenses y asturianos lo tienen bastante claro: esta obra sentenciaría casi de muerte a la viabilidad de la ría. Para los pescadores de las dos orillas el principal problema de la ría es su falta de calado, lo que se agravaría con este nuevo proyecto. Eso es lo que aseguraba ayer José Navarre, con más de setenta años surcando las aguas del Eo. «Estoy totalmente en contra, lo primero que tienen que hacer es dragar. Van a provocar que la ría se quede seca. Con todo lo que se ha hecho han provocado grandes movimientos de arena y como hagan esta obra, ya veremos el agua que va a entrar, para que lleguen los mercantes. Que tengan mucho cuidado porque cada obra que hacen provoca que los canales de la ría cambien y cada vez queda menos agua». El dragado de la ría es la obsesión de los pescadores. Una vez solucionado este problema, los marinos gallegos no verían con malos ojos la construcción del muelle flotante. Así opinaba Ángel López, ayer por la mañana, en el puerto ribadense. «Lo que tienen que hacer tanto la Xunta como el Principado es ponerse de acuerdo para dragar bien la ría. Construir el muelle flotante no sería problema si se dragase pero si no, no tendrá futuro», señalaba. Opinión que chocaba con la de José Antonio López, casi cincuenta años dedicados al mar, quien no ve más que efectos negativos a la idea. «Están estropeando el río porque no se hacen estudios medioambientales ni nada, nadie se preocupa de eso y no va a dar trabajo más que a cuatro». Sin embargo, desde la orilla gallega también reconocen que sus vecinos asturianos serán los principales damnificados de la obra debido, decía el joven marinero Daniel López, a las fuertes restricciones impuestas por el Gobierno asturiano. «Esto lo van a sufrir, sobre todo, desde Asturias, que va a tener un importante visual, pero todo será acostumbrarse. Aquí a poca gente le importa pero sí es cierto que desde Castropol y Figueras no se les permite hacer nada sobre la ría y aquí se ha hecho un club náutico o una escollera. No sé la razón por la que allí no se puede hacer y aquí sí».

Eternos perjudicados

Figueras y Castropol ocupan dos enclaves privilegiados sobre la ría. Villas de tradición marinera que, sin embargo, sufren con el empuje de la fortaleza del puerto de Ribadeo. Los marineros asturianos aseguran que todos los proyectos de la margen gallega están acabando con los puertos de ambas localidades. Y de llevarse a cabo esta última propuesta los muelles acabarán por secarse. «Todo lo que saquen desde Ribadeo para aquí nos perjudica. Desde que hicieron la escollera han ido cerrando cada vez más el canal de salida y esto perdió mucho. Nos tienen encerrados y no nos dejan hacer nada», lamentaba ayer Manuel Quintana, marinero jubilado de Figueras. Los pescadores asturianos aseguran sentirse ciudadanos de segunda en un asunto que, a pesar de afectarles directamente, no tienen ni voz ni voto. «Dragaron nuestro muelle hace un par de años y está obra vez lleno de arena, todo seco. Allí hacen todas las obras y lo pagamos nosotros. Y esta vez será igual», aseguraba José Fernández, experto conocedor de la ría, tras muchos años viviendo de ella.

Ningún beneficio para Asturias pero sí más complicaciones para navegar por el canal. Así resumía Luis Alberto Rey, marinero asturiano, las consecuencias del muelle flotante. Según Luis Alberto, esta obra tapará el canal principal del río, provocará un cambio en las corrientes de la ría y podría afectar a las mareas. «Es una más de las muchas que llevan hechas desde Galicia y que nos afectan a nosotros. La escollera del puerto de Ribadeo cargó de arena nuestra parte de la ría y si hacen esto ahora nos va a afectar», explicaba. Y puestos a ver la parte positiva Luis Alberto, irónico, aseguraba: «Después podremos presumir de playa, mejor que ésa no habrá ninguna».