Viento sur. En la villa, el tiempo de seronda engalana el paisaje. Ella estaba allí, en la calle más transitada; viandantes sin prisa, que optan por hacer sus recados en los momentos en que las tiendas, oficinas bancarias y bares están más concurridos. El pretexto es el trámite. El fin, coincidir con alguien. Ella estaba allí, vendiendo participaciones de lotería, de la agrupación local del partido y de la asociación encaminada al ocio en la que tanto mandó. Sin saberlo, ejerce de activista del calvinismo, aunque se reclame izquierdista de pro. Departe con los suyos: lo importante es la salud, a ver si nos toca algo, la política, desde que perdimos, ya no es lo que era. Ella estaba allí. Nada de arredro ante determinadas informaciones. Ni un solo lamento, aunque la población envejeció y disminuyó, mientras mandaron los suyos. Ahora el cielo prometido es que toque la lotería, que la libre del infierno tan temido de murmullos lacerantes y de la indiferencia acerada.