Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

Los socialistas tapiegos renovarán mañana la ejecutiva local tras la marcha de Rafael Sánchez Lavandera, que ocupa la secretaría general desde la creación de la agrupación en el año 1990. El histórico socialista el sido el primer y único secretario general al frente se la agrupación de Tapia, integrada por 38 afiliados. Su puesto podría ser ocupado a partir de mañana por la concejala socialista Ana Vigón, hasta el momento la única candidata al puesto.

Fue la propia ejecutiva saliente la que propuso a Vigón para el cargo. Según Lavandera, la edil socialista (que forma parte del equipo de gobierno de coalición con Alternativa por Tapia) es «la persona ideal porque toda la vida participó en el partido, vivió los momentos más duros y más blandos, está haciendo una espléndida labor como concejala, se lleva bien con el Alcalde y reúne sobre todas las condiciones para ser una buena secretaria».

La propia Vigón asegura que opta al puesto «con ganas» y si finalmente resulta elegida planea trabajar para «abrir la agrupación y que participen no sólo afiliados, sino también simpatizantes». También confía ampliar el número de afiliados. La asamblea de la que saldrá nuevo secretario está convocada para este sábado a las siete y media de la tarde.

El partido vivió a principios de año uno de sus momentos más críticos al verse obligado a expulsar de la agrupación municipal a su cabeza de lista y portavoz, Ernesto Maseda. La decisión se adoptó después de que Maseda votara a favor de la recusación del Alcalde tapiego por el asunto de los sondeos mineros. La marcha de Maseda, que no era afiliado, generó división de opiniones entre los socialistas. Lavandera considera que el problema está superado: «Podía haber dudas si hubiera votado sistemáticamente con el PSOE, pero en los plenos vota sistemáticamente con el PP y Foro, con lo que está claro que me equivoqué al proponerlo como cabeza de lista y no entra en el esquema del partido socialista».

Los últimos estatutos del partido, que limitan a tres los cuatrienios en el cargo, impiden a Lavandera optar a la reelección. No obstante, reconoce que hubiera renunciado de todas formas.

Lavandera anima ahora a su sucesor a trabajar con la vista puesta en las próximas municipales: «Tapia sigue siendo una plaza dura para los partidos de izquierda, pero torres más altas cayeron y no se descarta que con un buen candidato pueda pasar cualquier cosa en tres años».