"Era un chaval encantador, esta vida es una injusticia" o "esta familia no se merecía nada parecido a esto, siempre fueron buenos con todo el mundo" fueron algunas de las frases más oídas en Corias (Cangas del Narcea), ayer, durante el funeral de Rogelio Muñiz, atropellado mortalmente el lunes en el túnel del Rañadoiro. Cientos de personas se congregaron en la iglesia del pueblo para dar su último adiós a su vecino, en medio de un ambiente de inmensa tristeza por la pérdida de un hombre de 47 años de una forma tan trágica.

Rogelio había salido, en la mañana del lunes, a dar una vuelta en bici junto a su hija, Cristina, y a un amigo. Sobre las doce y media del mediodía, en pleno túnel del Rañadoiro, en sentido hacia Degaña, una furgoneta de transporte urgente se lo llevó por delante causándole la muerte de forma instantánea.

Muñiz era un hombre muy querido en Corias y en todo Cangas del Narcea. Pertenecía a una familia muy conocida y respetada en el lugar. Le llora todo el pueblo pero más sentida, si cabe, ha sido su pérdida para la numerosa comunidad ciclista de Cangas del Narcea, que lo consideraba uno de los suyos.

La afición por la bicicleta se ha disparado en los últimos tiempos en la comarca y no es extraño encontrarse con grupos bastante numerosos de ciclistas por las carreteras del concejo. Más de un centenar de personas salen de forma habitual, diaria, a rodar.

El accidente que le costó la vida a Rogelio Muñiz ha sido el primero de esta gravedad que se recuerda en la historia reciente de Cangas. El impacto social ha sido tan grande que sus compañeros de pasión por la bicicleta han organizado una gran marcha de homenaje y, a la vez, de protesta, para pasado mañana sábado. Los dos clubs ciclistas de Cangas, que aglutinan a unos 130 socios y que representan el sentir general en este asunto, saldrán de la estatua del minero de la villa canguesa el sábado a las nueve de la mañaña. Irán hasta Tineo donde, a las once, los compañeros ciclistas de los concejos de Tineo y de Salas se les unirán para bajar juntos, de nuevo, hasta Cangas.

Sobre las doce y media está prevista la llegada del pelotón al barrio del Reguerón. Allí se bajaran de sus vehículos y andarán el último tramo hasta llegar, de nuevo, a la estatua del minero donde el ciclista profesional cangués Luis Pasamontes leerá un comunicado.

Los clubes ciclistas del concejo quieren que se les una la máxima gente posible, en cualquier punto del recorrido y, en caso de no tener bici, que se haga el último tramo a pie con ellos. La marcha, que sin duda será triste, servirá para exigir precaución a los conductores y subrayar que para adelantar a un ciclista hay que dejar un metro y medio de separación, siendo obligatorio atravesar la raya continua de la carretera en caso de que sea necesario.