Un año más Armando Martínez, ganadero de Brañaseca, se enfundó de madrugada la camiseta con la que suele acudir a la feria anual de San Martín de Luiña, en la que puede leerse, en su espalda, "Llobos, non", y horas antes de la amanecida se marchó al monte donde tenía controladas del día anterior un total de sesenta reses -vacas, toros y xatos-, llegando al recinto donde ya tiene sitio reservado a las diez de la mañana. Ni la lluvia del amanecer hizo que este joven ganadero de la braña desistiese de lucir su camiseta reivindicativa pese a que "los llobos llevan unos dos meses muy tranquilos por esta comarca, pero seguro que andan matando ganado en otras brañas porque hasta que no se declare especie cinegética y se pueda matar seguiremos con el mismo problema, que está acabando con la ganadería de montaña".

Cuarenta reses más de otros ganaderos de la comarca completaron el censo de un centenar de vacunos que se expusieron en la feria. En el apartado del ganado caballar destacó el ganadero de Pravia David García, que tenía a la venta un total de cuarenta animales, de los que algunos de ellos fueron adquiridos por el tratante Germán Albuerne, del pueblo de Santa Marina de Cudillero. A media mañana lucía un sol espléndido y la feria se llenó de curiosos, pero la parte ganadera quedó ya inamovible. Se puede afirmar, por tanto, que Armando y David hicieron la feria. Y todo ello con ganado que salió caminando, de madrugada, desde el monte hasta las inmediaciones de la iglesia de San Martín de Luiña.

En la carpa instalada por la comisión de fiestas hubo mucha animación. Allí se vendían verduras, nueces, castañas y embutidos, y un artesano de la madera hacía tallas utilizando únicamente una motosierra. Ajos de Zamora, pan de Belmonte, toda clase de calzado y hasta maquinaria agrícola formaba parte de lo mucho que se podía adquirir en el ferial. Y como dato curioso hay que apuntar que el artículo más demandado fueron las zapatillas altas, de fieltro, para madreña o chanclo. Equipación para el invierno.

El premio para el ganadero que más reses aportó a la feria se lo llevó, un año más también, Armando el de Brañaseca. El segundo premio fue para Patricio, vecino de Cipiello, con dieciséis reses, y en ganado caballar el premio fue para David García, de Pravia.