Chinos y rusos son ahora mismo los principales interesados en los grandes inmuebles a la venta en la comarca occidental y en el oriente de Galicia. Lo sabe bien el taramundés José Armando Rodil, que lleva varios años de agente inmobiliario de una empresa especializada en venta de inmuebles singulares, especialmente casonas y aldeas ubicadas en entornos rurales. "Los españoles se interesan también pero por compras más baratas, suelen ser de menos de 70.000 euros. Para las grandes compras tratamos con chinos, rusos, árabes? Buscan palacios o propiedades singulares", precisa.
De hecho, está tratando de cerrar un contrato con un millonario chino, un empresario con negocios en Marruecos y Francia que está interesado en instalarse en España. "Vino a ver aldeas por esta zona, concretamente por Trabada, A Pontenova y Ribadeo, y le gustó la zona, las propiedades y el precio", precisa Rodil. Hace pocos días estuvo en la zona con una intérprete y ahora mantienen un contacto diario para pulir los detalles de la más que posible compra. Rodil advierte en cualquier caso que no suele dar por hecho una operación "hasta que no estoy en el notario".
Este comprador chino no posó sus ojos en la orilla asturiana de la ría del Eo, pero sí lo hizo un inversor australiano muy interesado en el palacio de Jardón, a la venta desde hace tres años en la localidad franquina de Viavélez. "Ya hubiera comprado, pero le da miedo la situación de España", indica Rodil. El posible comprador teme los cambios políticos que se avecinan en el país y por eso ha preferido no precipitarse. "Está esperando a ver lo que pasa", añade.
El inmueble está a la venta en la web aldeasaabandonadas.com por tres millones de euros, aunque de cerrarse este posible acuerdo sería por una cifra ligeramente inferior. El taramundés indica que éste ha sido el inversor más claramente interesado por este palacete denominado Villa San Jorge, aunque popularmente conocido como palacio Jardón y que se terminó de construir en 1914. Sin embargo, no ha sido el único pretendiente: confirma que hace poco unos rusos se interesaron por las condiciones de venta.
El palacio de Sestelo, en Castropol, es otra de las joyas a la venta por la empresa en la que trabaja el agente taramundés. "Es un edificio muy singular, el problema es que hay que invertir mucho dinero en reformar el interior, pero las instalaciones son preciosas. Ya se lo he enseñado a unas cuantas personas", indica.
Este inmueble salió a la venta el pasado verano por 1,4 millones de euros, después de que su propietario desistiera de su plan de convertirlo en hotel. Sin embargo, el dueño sólo vende la casona y mantiene la propiedad de los jardines junto al río Suarón, donde tramita la reparación de una antigua minicentral.
Esta inmobiliaria tiene a la venta una veintena de casas señoriales dispersas por todo el Principado. En la comarca occidental no están sólo la casona de Sestelo o el palacio de Jardón -aunque son las que más interés están suscitando-, sino que también se vende por 211.000 euros la conocida como Torre de Valdepares, una casona ubicada en la localidad franquina y que es ejemplo de la arquitectura indiana entre los siglos XIX y XX. Otra de las propiedades que figuran en el listado es Villa Mercedes, una casona de indianos construida en 1930 y que se localiza en Villapedre (Navia).
Rodil también ofrece a los compradores aldeas abandonadas que se pueden comprar de manera íntegra. Es el caso de un núcleo ubicado entre los concejos de Cudillero y Valdés -prefiere no desvelar la ubicación exacta- que está integrado por una decena de casas y se vende por 2.950.000 euros. En unos días se lo mostrará a unos compradores ucranianos que viajarán a la comarca.
Rodil, que trabaja tanto en Galicia como Asturias, asegura que actualmente el mercado gallego se mueve más que el asturiano. Asegura que se debe a los precios más ventajosos en la comunidad gallega, ya que los inversores no se decantan a priori por una comunidad concreta. "Una propiedad de 3 millones de euros se vende en Galicia por la mitad. Asturias está más parada porque los precios están más altos", señala el agente, aunque desconoce el motivo de esta diferencia de precios. Aun así, constata el interés que existe por la zona y asegura que la empresa recibe cientos de peticiones de información.
