Treinta y seis personas de todas las edades asistieron ayer al curso de jueces que organizó la asociación española de criadores de ganado vacuno selecto de la raza asturiana de los valles (Aseava). Se trata de una jornada práctica en la que los asistentes se forman para convertirse en los jueces encargados de valorar el ganado que participa en concursos como el que se celebró en el concejo cangués durante el fin de semana.

El curso se desarrolló en el propio recinto ferial de la Imera, donde algunos de los ganaderos participantes en la trigésima edición de la muestra ganadera local de la raza asturiana de los valles, celebrada durante el fin de semana, decidieron posponer la retirada de sus reses para que éstas sirviesen como ejemplo a los aspirantes a juez de concurso.

El objetivo del curso es que los asistentes conozcan el prototipo y el estándar de la raza para poder comparar a los animales en la pista. La calificación, para que sea lo más objetiva posible, se basa en criterios morfológicos del animal: se deben buscar unas patas rectas, al igual que la línea dorso lumbar, tener unos aplomos derechos y una ubre proporcionada. Además, el color del animal y la proporcionalidad de su cabeza y sus cuernos pueden ser decisivos para inclinar las calificaciones de los jueces.

Durante todo el día, los asistentes al curso fueron analizando todos estos criterios en unas 20 secciones diferentes. Lo difícil para ellos era decidirse por la mejor porque "en cada sección entran muchos animales de calidad y muy uniformes", explicaba la alumna Esther Riesgo. En su caso se apuntó al curso porque quiere aprender más sobre la raza, ya que es ganadera y asiste a los concursos.

El más joven del grupo era Manuel Fernández, de 15 años, que asistía acompañado por su padre, José Manuel Fernández. Confesaba que estaba en el curso "porque me gustan mucho las vacas y quiero aprender más sobre ellas".

Las calificaciones de los aspirantes a jueces no eran concluyentes, pero sí lo fueron las que se realizaron durante todo el fin de semana, en las que se determinó que la mejor vaca en la categoría tipo culón fuese "Preciosa", de la ganadería de Raúl Álvarez, de Bergame de Abajo, y el toro "Calzón", de Montserrat González de Lindota. En el tipo normal, de nuevo una vaca de Raúl Álvarez "Montaña" fue la campeona, junto con "Pantero", de Rocío Lago, de las Cuadriellas de Villaláez.

En total fueron unas 150 reses las que se dieron cita en la muestra local, de la que los calificadores de Aseava destacaron la calidad de los animales presentados, en un momento en el que la raza se mantiene con unas 63.000 reproductoras repartidas en su mayoría por el norte del país.