La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El trabajo de limpiar el cementerio

"En los pueblos hay mucha gente mayor que no puede ocuparse de las tumbas", dice Rosa García, una tinetense que salió del paro cuidando los camposantos

Rosa García, ayer, colocando unas flores en el cementerio de San Félix, en Tineo. D. ÁLVAREZ

Los cementerios han sido en estos últimos días un ir y venir de personas provistas de escaleras, escobas, fregonas, trapos y sobre todo flores para engalanar las tumbas donde sus seres queridos descansan de cara a la celebración del día de Todos los Santos, mañana, y el lunes, de Difuntos. La costumbre se mantiene tanto en cementerios de grandes pueblos como en los más pequeños, que a pesar de la despoblación y de la edad avanzada de sus habitantes se resisten a que sus seres queridos y las tradiciones caigan en el olvido.

Rosa García, vecina de una localidad tinetense, ayuda a preservar esa tradición. Con 57 años se quedó al paro después de trabajar toda la vida como limpiadora en Oviedo. Regresó a su pueblo, Agoveda, y en la búsqueda de posibilidades laborales se fijó en su entorno y tiró de sus necesidades. "Hace dos años me di cuenta que los cementerios estaban limpios porque el cura se encarga de ello, sin embargo, había muchas lápidas descuidadas", relata Rosa García. En ese momento, decidió realizar un cartel ofreciendo sus servicios de limpiadora en los cementerios y lo colocó en la puerta de algunos de ellos.

"En los pueblos queda mucha gente mayor que no puede subirse a escaleras para limpiar o que ni tiene fuerzas para hacerlo", explica García. Son esas personas mayores las que recurren a ella para seguir manteniendo sus lápidas en el cementerio limpias y adornadas para la misa de Todos los Santos. Pero también cuenta entre sus clientes con gente que vive fuera y que aunque no acudan al cementerio en este día señalado les gusta mantenerlo limpio. "Tengo varias familias que viven en Madrid que no solo me contratan para este día, sino que a lo largo del año me piden que les adecente sus nichos", subraya.

Además de limpiar, Rosa García coloca las flores. Si la familia le pide algo en concreto, lo compra y lo coloca, y en caso de que no le demanden adornarlo con flores es ella misma la que toma la iniciativa y recoge plantas en su huerto para rellenar los jarrones de las tumbas que le toca limpiar. "Para que no se vea desamparado pongo un ramín de flores de mi casa, para que se vea igual que el resto", asegura García.

A Rosa García le quedan para hoy las últimas lápidas para arreglar antes de que comiencen las misas, después de un mes en el que ha recorrido buena parte de Tineo y Allande e incluso se ha desplazado para hacer este trabajo a Lugones.

Compartir el artículo

stats