Las asociaciones vecinales y pesqueras que se oponen al proyecto para convertir el puerto de Viavélez en Bien de Interés Cultural (BIC) trasladaron ayer su posición a la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo, quien les garantizó que el expediente está aún en fase de evaluación y no se ha iniciado su tramitación formal.

"Tras la reunión nos quedamos tranquilos y moderadamente contentos", resume el presidente del Club Náutico Avante, Pedro Quintana. El colectivo lidera junto a la cofradía de pescadores, los armadores y las asociaciones "Miramar" y "Mar Abierto", la oposición a este proyecto, que promueve la asociación de vecinos "Santo Ángel" de la localidad y que recientemente ha logrado el respaldo del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-artísticos (Icomos).

Los colectivos representados en la reunión de ayer expusieron a Requejo su planteamiento y le pidieron que archivase el expediente por entender que "lejos de solucionar el estado anacrónico en que se encuentran Viavélez y su puerto, lo que ocasionará será la muerte evolutiva de la zona, teniendo en cuenta las infraestructuras pendientes de acometer y las consiguientes restricciones de esta declaración". Según los asistentes al encuentro, la directora se mostró "sorprendida", pues desconocía el malestar que esta propuesta de BIC está generando en el vecindario de esta localidad franquina.

Al encuentro asistieron Rodrigo Villabrille y José Miguel Fernández, vicepresidente y tesorero de Avante, y José Manuel García, en representación de los armadores. Le entregaron a Requejo el manifiesto firmado en su día por todos los colectivos que se oponen al BIC y también 79 firmas de pescadores y vecinos empadronados y residentes en Viavélez. No en vano, una de las quejas de los opositores es que el colectivo que promueve el BIC está formado en buena medida por personas que no residen de manera habitual en el pueblo y que plantearon esta propuesta de manera unilateral sin consultar previamente con los vecinos.

Por su parte, la asociación "Santo Ángel" defiende la iniciativa como positiva. Considera que la catalogación de BIC para el puerto traerá beneficios al pueblo, pues permitirá proteger el valor del puerto y promocionar el núcleo. Defienden que la protección no interferirá con la actividad pesquera que se desarrolla en la localidad.