El sol y la buena temperatura acompañaron en la tarde de ayer a las cuarenta personas que siguieron por San Martín de Oscos los pasos que, hace más de setenta años, dio el escritor Dámaso Alonso para encontrar historias únicas que luego reflejaría en sus creaciones. En una actividad que pretendía conmemorar el Día del Libro, los participantes acabaron descubriendo qué llevó al literato hasta esta comarca, y comprobaron que la misma esencia que encandiló al escritor sigue muy viva entre las gentes que la habitan.

"Ha sido una tarde muy grata, hablando sobre el placer de los libros y visitando los lugares en los que Dámaso Alonso recogió de viva voz historias de los vecinos de San Martín de Oscos en los años cuarenta, y que fueron publicadas en fala", explica el ingeniero Carlos Fernández, que hizo las veces de guía en esta original peripecia literaria. Recuerda que Alonso realizaba viajes a esta zona porque su padre era de Ribadeo y su madre tenía raíces en Castropol.

De esta forma, se recrearon aquellos paseos que llevaron al escritor a encontrarse, por ejemplo, con Joselón de Penadozca. Su nieto, que ayer mismo cumplía 86 años, pudo conocer los relatos de aventuras y picardías que inspiró su abuelo. "Fue minero muchos años, es bebedor y fumador, y cuando se muera tiene pensado buscar en el cielo o en el infierno, donde estén, unas chicas de muy buen ver que se marcharon antes que él pero a las que no quiere perder de vista. Se parece al abuelo Joselón, no hay duda", bromea Fernández. En referencia a Carmen de Freixe, se leyeron algunos de sus remedios.

Para rematar la jornada se regaló un ejemplar de "Narraciones orales en el gallego-asturiano de Los Oscos", las recogidas por Dámaso Alonso, a cada participante.