La de Enrique Pérez fue una vocación tardía. A pesar de sentir atracción por el dibujo desde joven, se puso manos a la obra con los pinceles cuando le llegó la jubilación "y hubo más tiempo para dedicarle a esta afición". Ahora, este vecino de Andés, en Navia, presenta en una exposición 38 de sus cuadros, en la primera muestra que protagoniza y de la que asegura sentirse "muy satisfecho y contento".
"Empecé a pintar casi sin querer, cuando llevaba al guaje a clases de dibujo, y pensé que eso lo podría hacer yo", relata este artista, que se inspira, sobre todo, en paisajes y escenas de pueblos asturianos, y también en las postales que la costa y el mar ofrecen en la zona. También se maneja bien a la hora de realizar bodegones y retratos, por lo que su trabajo termina siendo muy variado en su temática. Su formación se debe a cursos que se ofrecían en el concejo de Valdés, donde aprendió las nociones básicas, que fue mejorando "a costa de echarle muchas horas".
Este vecino de Andés se toma con mucho humor y ánimo el arte que practica, y cuando le preguntan si dedica muchas horas a los pinceles, responde con sorna: "Los que estamos jubilados, ¿qué vamos a hacer? En algo tenemos que matar el tiempo". Asegura que "todos los días" trata de dedicarle "un rato" a sus pinturas, que "a veces salen bien, como me gusta, y otras no". "Entonces borro lo que llevo, lo quito, y vuelvo a empezar", dice.
Enrique Pérez dice que cuando le propusieron exponer en el Liceo se llevó "una sorpresa", pero aceptó con gusto para poder dar a conocer esta faceta suya, desconocida para los vecinos. "Y tengo muchos más cuadros, para hacer otra exposición", afirma, entre risas. Por lo pronto, mantendrá esta colección colgada en el espacio El Liceo hasta el próximo 13 de junio, en el horario habitual de apertura del local municipal.
