El presidente Vicente Álvarez Areces ha fichado un centro de logística de El Corte Inglés para que sea emplazado en la futura Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias, la ZALIA de San Andrés de los Tacones. No es mala noticia, al contrario, pues no se debe olvidar que la ZALIA comenzó siendo un proyecto ambiciosísimo, de cuatro millones de metros cuadrados, que después, al pasar a la realidad de lo ejecutable, se ha quedado en la cuarta parte. Tras ese toque de realismo, correspondió el turno a la oferta de suelo, cuando el Principado explicó que mientras construían la cosa iban a ir comercializando las parcelas.

En esto están ahora mismo los encargados del proyecto. No obstante, hay que suponerles una gran paciencia a las empresas que anuncien su alojamiento en dicho lugar, pues hemos realizado unos cálculos y hemos descubierto que la ZALIA será tal ZALIA en un plazo indeterminado.

Es decir, el Principado se va a meter pronto a urbanizar los terrenos y, tiempo después, a tender los viales de conexión con las infraestructuras circundantes. Sin embargo, la indeterminación de la que hablamos se refiere a que todavía sigue sin decirse ni una sola palabra sobre las conexiones ferroviarias de la ZALIA, lo cual causa extrañeza, dado el impulso que España pretende dar al transporte ferroviario de mercancías y dado que el empeño del Principado para que los trenes mercantes pasen por la variante de Pajares nos ha causado un diseño de línea muy peculiar y casi perjudicial, por decirlo de una forma suave.

Pero volvemos a lo ya dicho aquí: una ZALIA sin conexiones ferroviarias será simplemente un gran polígono industrial para cuya ejecución no hacían falta tantas alforjas propagandísticas. Si a ello unimos que las líneas de conexión ferroviaria con los puertos de Gijón y Avilés son lamentables -como los documentos de la propia ZALIA afirman-, comprobamos que se coloca el carro delante de los bueyes o que, simplemente, no hay bueyes de tracción ferroviaria.