En la medianoche del pasado martes, La 1 de TVE emitió un nuevo capítulo del programa «Destino: España», en el que salían varios protagonistas, aunque extranjeros de origen, ya asentados desde hace años en diversos lugares del Principado de Asturias y con raíces familiares profundamente arraigadas, quienes nos deleitaron con sus particulares vivencias por estos lares. Entre esas personas que recrearon para los televidentes sus experiencias en la tierrina asturiana que los acogió quiero resaltar, sin lugar a dudas, a la holandesa Sandra Ardines, afincada en la ciudad de Cangas de Onís.

Sin desmerecer ni un ápice al resto de los que intervinieron en la citada emisión televisiva, también transmitida días antes por el canal internacional, creo que Sandra supo «vender» con todo lujo de detalles las posibilidades turísticas de la vieja capital del reino de Asturias y alrededores. Y en un corto espacio de tiempo, de apenas ocho minutos de duración. Trató con mucho mimo buena parte de los rincones de la urbe canguesa, desde la ermita de San Antonio de Padua y su vetusto «robledal» pasando por el archiconocido «puente romano», sobre el río Sella; sin dejar de lado las visitas a la basílica y la santa cueva de Covadonga, ascendiendo, faltaría más, a los míticos lagos Enol y La Ercina; etcétera.

Casada con el hostelero cangués Ángel Ardines Lara, quien regenta junto a sus hermanos el prestigioso restaurante «El Molín de La Pedrera», santo y seña de la buena mesa en la comarca del Oriente, Sandra acertó a sacarle el máximo rendimiento a lo que ofrece, cara al turista que busca naturaleza, tranquilidad y gastronomía, la ciudad de Cangas de Onís y sus aledaños. No olvidó los productos de la huerta -les fabes, por ejemplo- como tampoco los afamados quesos elaborados en los puertos altos de los Picos de Europa. Incluso, hubo tiempo para descubrir el folclore y la música tradicional astur, ésta, a cargo, entre otras agrupaciones, de la Banda de Gaitas «Ciudad de Cangas de Onís».

Quizás el horario no fuese el adecuado para contar con una notable audiencia, pero lo realmente importante es que se consiguió recrear en pocos minutos mucho de lo que Cangas de Onís tiene como destino turístico de primer orden para potenciales visitantes. Una publicidad a coste cero, pienso, muy lograda. A un lado su familia, hasta pintorescos personajes cangueses tuvieron su «minuto de gloria», tal fue el caso de Paquito el Peluqueru, quien explicó con todo detalle la envidiable colección de corchos de sidra que posee en su céntrico local; o el hostelero José Ramón Lanza, escanciando sidra en su negocio, a la vera del Sella. En fin, de todo un poco.

Pocas horas después de emitirse el programa, fueron muchos los que felicitaron a Sandra Ardines por su excelente punto de vista de lo que debe ser una promoción turística de la ciudad en la que reside y realizada, además, por una chica extranjera. La verdad, fue toda una agradable sorpresa el poder contemplar cómo una astur-holandesa de Cangas de Onís sacó todo el jugo posible en un programa de calado internacional y destinado a otros viables flujos turísticos. Y más teniendo en cuenta que se grabó en unos meses donde no coincidió con el tumulto de fiestas veraniegas -San Antonio, sin ir más lejos- o con períodos de actividades tradicionales -la pesca del salmón.

Sin desembolsar cuantiosas cantidades por divulgar en un programa televisivo las bellezas naturales del área de influencia del parque nacional de los Picos de Europa, debemos felicitarnos por contar con guías turísticos de la talla de Sandra, explicando con acierto el tremendo potencial de este concejo del Oriente. A lo mejor, como antes otros lo intentaron, se abre una puerta del «paraíso natural» al turista centroeuropeo, especialmente al holandés. Y es que en momentos de crisis económica se agradece, y mucho, ese tipo de iniciativas en pro del sector turístico comarcal y, encima, emitidas a través de Televisión Española.