Una vez comprobado el estallido de «la tragedia griega», nos enteramos de que el

ex primer ministro griego, Kostas Karamanlis, comunicaba datos falsos a la Unión Europea, y cuando decía que el déficit público era del 3,7% la realidad es que estaba en el 10%. Dada la gravedad de la falsedad y de las dramáticas consecuencias que tiene para Grecia y la Unión Europea, yo, como ciudadano europeo, pediría que lo metieran entre rejas por una buena temporada y le despojaría de todo su patrimonio.

Si hoy en día todo accionista de una sociedad puede interponer una acción social de responsabilidad contra el consejo de la misma o cualquiera de sus administradores por los daños directos causados en el patrimonio de la empresa, ¿por qué no se le puede interponer una acción de responsabilidad a un político?

Es indudable que las malas prácticas y la corrupción tienen un impacto moral y real sobre las personas y la economía, y por eso están penadas. Pero, a mi juicio, la incompetencia y la mala gestión también deberían poder ser juzgadas y, por lo menos, que a los políticos declarados culpables se les inhabilitara para siempre, de cara a no causar mayores perjuicios a la sociedad. Me conformo con poco, con que no pudieran jamás ejercer un cargo público, solución mucho más suave que la establecida por la ley de Sociedades Anónimas, que incluso admite que se pueda castigar a los administradores con la reconstitución del patrimonio social dañado. Que sería lo lógico.

Pero la mayoría de estos incompetentes políticos necesitarían múltiples vidas para que la sociedad pudiera recuperar lo destruido por ellos.

¿Se imaginan ustedes que por la negligencia del Gobierno Zapatero, por negar la crisis en su momento y no tomar las medidas necesarias durante tanto tiempo, nos viéramos destinados a un problema tipo el de Grecia? Y miren que digo «tipo», no «como», porque el nuestro no se arreglaría con 110.000 millones de euros. Hay economistas que en este momento lo cifrarían en 500.000 millones, y como tardemos más tiempo en hacer las profundas reformas que se requieren, en un par de años estaríamos por encima de los 750.000 millones de euros.

Como diría Emilio Botín, sería comparar al Real Madrid con el Alcoyano?. El problema es que en este caso nuestra ruina madridista sería mucho más gravosa que la de los griegos alcoyanos.