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CR y la lucha de clases

Qué bien se ha explicado Cristiano Ronaldo. El árbitro que le dejó dar una patada a un jugador del Sporting comprendió eso, que era instintiva. Y a correr. Vamos a hablar de eso y no de política por dos razones. Una, que la política es la gestión de los asuntos públicos y exige el trabajo de gente inteligente; si no la hay, no la hay. Y otra, que no se debe prestar atención a quien hace esfuerzos por atraerla. Las explicaciones del astro portugués son, sin él saberlo bien, totalmente políticas. Disfraza una agresión en tono de mentira diplomática y esconde, solo a medias, la soberbia del poderoso. El futbol, tan omnipresente en la vida española, nos presta su servicio más valioso: nos recuerda la vigencia de la lucha de clases. Quien más tiene se conduce como le da la gana con quien tiene menos y, entre risitas cómplices de gente adepta, explica eso: que la patada fue instintiva. Como dicen en Facebook: jajaja. Cualquier aficionado sabe muy bien cuánto hubiera tardado en ganarse una tarjeta roja el jugador del Sporting si la cosa hubiera sido al revés. Eso, la familiaridad con la injusticia porque ya nos conocemos todos, es otra aportación didáctica del deporte rey a la vida pública. Nos hace curtirnos en la resignación y nos aleja de tentaciones justicieras. Quien manda, manda. Y quien gana fortunas por dar patadas es lógico que acabe no distinguiendo.

En un ámbito muy distinto- un hermoso homenaje en memoria de Carmen Balcells, en Barcelona- dijo Eduardo Mendoza que ella, Carmen Balcells, trató a sus autores como niños mimados. Y que, como solo se vive una vez, añadió Mendoza, ser niño mimado no está nada mal. Pues tal cual. Solo que hay mimos y mimos. Y los mimos hay que gestionarlos bien. En la literatura no te pagan por anunciar ropa interior; eso ya es mucho mimo y te deja, ay, a las puertas mismas del riesgo del refalfiu. En el fútbol, que tanto enseña y tantísima cancha da a un vasto montón de iletrados (¿pasará en otras actividades?) se pueden dar patadas y decir que fueron intuitivas. Preventivas, tenía que haber dicho el astro de esa constelación que los medios han dado en llamar BBC. Eso le habría homologado del todo con el lenguaje político para el que, por cierto, está dotado. Lo que tienen que hacer los jugadores del Sporting, tan jóvenes y tan poco dados a las malas artes en comparación con otros, es aprender política. Y sabrán de paso que, entre los socialistas asturianos, hay gente que no le quiere mover la silla al por ahora secretario general- quizá pelín preventivo también- de un partido atribulado. Y gente que sí.

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