De ser el centro de todas las miradas nacionales durante bastantes semanas, Javier Fernández ha pasado a desempeñar de nuevo el rol que más de acuerdo va con su personalidad, que no es otro que el jugar un papel menos protagonista, más en la sombra; lo que no le debe de resultar muy fácil en estos momentos siendo como es el máximo responsable nacional del PSOE.
Se atisba un desbloqueo de la política nacional, propiciado en parte por el Partido Socialista, que ha negociado con el Gobierno del PP un pequeño incremento del déficit de las comunidades autónomas a cambio de una subida del salario mínimo. Es decir, que con la gestora del PSOE que preside Javier Fernández algo se mueve, a diferencia de la intransigencia del partido cuando estaba liderado por Pedro Sánchez. Lo que está sucediendo no es casual; evidentemente tiene que estar propiciado por alguien, supuestamente por quien lleva las riendas de la organización. Otra cosa es que ese alguien prefiera permanecer en segundo plano.
Todo está discurriendo en la política nacional sin estridencias, que es a lo que aspiraba Javier Fernández desde que se hiciera cargo de la comisión gestora. Y los plazos, por el momento, son los que se había marcado el secretario general de los socialistas asturianos. No hay reuniones apresuradas y se está dando tiempo a la meditación interna, mientras que, por otra parte, se facilita la gobernabilidad del país.
La estrategia, según sus afines, es uno de los puntos fuertes de Javier Fernández. Habría que añadir que siempre y cuando no se encuentre con problemas enquistados y personalizados, como es el caso de Asturias. Así y todo, quizás haya llegado el momento de que el presidente del Principado intente al menos una maniobra para sacar adelante los Presupuestos de la comunidad.
