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Catedrático emérito de Ingeniería Química

El respeto a la bandera

El comportamiento de Francia y su diferencia con España

Las recientes elecciones en Francia han permitido a los españoles observar el comportamiento del país vecino. Dejando a un lado las ideologías, los populismos e incluso a los políticos, sorprende que en las concentraciones de los partidarios de cualquier candidato estaba siempre presente el ondear de un sinfín de banderas tricolores francesas. ¡Qué diferencia con España!, donde en las manifestaciones, concentraciones o cualquier movimiento de masas se utilizan normalmente pancartas, con todo tipo de eslóganes, alguna bandera autonómica, alguna republicana y con total ausencia de la bandera nacional.

Existe en España la creencia que la bandera es algo específico del ejército, del gobierno o de determinados partidos, cuando en realidad representa a España, al pueblo español, tanto cuando ondea en un edificio, en un barco o en un desfile militar. La bandera española tiene su origen en 1785, durante el reinado de Carlos III, y adquiere el rango de símbolo nacional en 1843, permaneciendo su fondo inalterable hasta nuestros días. Ha sufrido en este periodo de tiempo algunas vicisitudes; así durante la Primera República (1873-1874) permaneció casi igual salvo que se eliminó la corona real del escudo de armas. Durante la Segunda República (1931-1939), además de eliminarse el escudo de armas, se cambió la franja roja inferior por una franja morada. Desde el final de la guerra civil, se ha vuelto, básicamente, a la bandera original.

¿Qué ocurre a los españoles para mirar con un cierto desdén al símbolo de su país? Es difícil de explicar, pero quizás los cambios en la bandera, la proliferación de banderas autonómicas y el asociar la bandera con el ejército, en unos tiempos en los que impera el pacifismo, pueden ser algunas de las razones. Con demasiada frecuencia en algunos edificios, sobre todo en centros de enseñanza (que debían servir de ejemplo), puede verse ondear una bandera sucia y deshilachada, que sería mejor arriarla y guardarla, para que no se interprete como un símbolo del descuido y poca limpieza.

Es envidiable el trato que se da a las banderas allende de los Pirineos. Ya se ha visto en Francia, y si se llega a los países del norte de Europa, las banderas son de grandes dimensiones e inmaculadas. Hasta en algunos restaurantes es frecuente colocar una pequeña bandera en el centro de la mesa, al menos mientras no se ocupa.

Puede hacerse la pregunta de cómo es posible que en climas tan duros, con lluvia, nieve y viento, se consiguen mantener las banderas impolutas. Las banderas se fabrican normalmente de nylon, poliéster o algodón. Estas últimas son las que más se deterioran, y por ello se suelen utilizar con más frecuencia las de nylon o poliéster, que se secan más fácilmente y suelen ser más baratas. Sin embargo, para hacerlas más resistentes al sol y a las inclemencias del tiempo, el tejido puede requerir un tratamiento químico superficial. Así pues, la bandera puede reflejar, no solo el sentido de la limpieza de un pueblo, sino también su capacidad tecnológica.

Son muchos los momentos históricos en que las banderas han sido protagonistas. A título de ejemplo, la colocación de la bandera soviética sobre el Reichstag de Berlín por un soldado ruso ayudado por otro soldado (1 de mayo de 1945), y que marcaba ya el final de la Guerra Mundial. La foto fue posteriormente censurada, aparentemente para que no se vieran los relojes que llevaba en ambas muñecas el segundo soldado, y que procedían del saqueo. Curiosamente, la foto fue tomada con una cámara alemana Leika por el fotógrafo Eugeni Khaldei, de la agencia Tass, que era judío y por ello caería después en desgracia.

Otro momento histórico con la bandera como protagonista es el de los Mariners americanos poniendo la bandera de los Estados Unidos en la isla de Iwo Jima, cerca del Japón (19 Febrero de 1945), isla que servía como base de alerta para trasmitir por radio la presencia de bombarderos que pudiesen atacar Japón. La foto fue tomada por el fotógrafo Joe Rosenthal, de la agencia Associated Press, y posteriormente ganaría el Premio Pulitzer de fotografía. En fin, la bandera de Estados Unidos fue izada en la superficie lunar por los astronautas Armstrong y Aldrin, en la primera misión espacial del hombre a la luna (21 Julio 1969).

Han sido muchos servidores de las Fuerzas Armadas y de la Seguridad y Orden Público los que han dado su vida por defender lo que la bandera representa, y ha sido ésta su última acompañante del féretro al que se daría sepultura. Es por tanto muy importante que ya desde la infancia se instruya a los escolares en el respeto a ese símbolo de su país, al que deben venerar por lo que representa, y para que cuando lleguen a la edad adulta sean sensibles cuando esté sucia o deteriorada. Mas aún, la bandera de España debería poder adquirirse con mayor facilidad en algunos comercios y grandes superficies, pero lamentablemente aquí solo se atreven a exhibirla los comercios chinos, y en Estados Unidos los museos de veteranos militares, como trofeos de guerra arrebatados a los españoles.

Con independencia del país, la bandera es un símbolo muy especial que representa a la nación, a su historia, que debe ser tratada con el máximo respeto y, sin prejuicios, formar parte de la vida cotidiana. Si no respetamos a nuestra bandera, posiblemente no sentimos respeto por nosotros mismos, y por lo tanto no podemos pretender que nos respeten los demás.

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