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Un chequeo a los suspensos de las materias troncales

Eduardo García

Teoría de los agujeros negros

Cualquier esfuerzo pedagógico que redunde en mejores resultados en Lengua Castellana, Inglés y Matemáticas mejorará y dará lustre a las estadísticas asturianas. No es nada nuevo y muchos profesores pensarán incluso que han leído una perogrullada. Aceptando ese riesgo, se trata aquí de explicar, datos en mano, los pequeños agujeros negros que a nivel global se dan en esos resultados de los escolares asturianos en Primaria y la Secundaria Obligatoria (ESO). El porqué de los agujeros ya es otro cantar, materia que daría para un simposio internacional.

Los datos los aporta el recién presentado informe educativo correspondiente al curso 2016-17 y, muy en concreto, las tasas de promoción de las distintas materias en esa fase escolar que comienza a los seis años y termina en el mejor de los casos a los dieciséis. Unas estadísticas que demuestran bien a las claras la sima de resultados entre las tres materias antes citadas y todas las demás.

Son troncales, se supone que el sistema focaliza sus fuerzas en la Lengua, las Mates y el Inglés. El porcentaje de alumnos que superan cada una de estas asignaturas tanto en Primaria como en Secundaria es, de media, unos cinco puntos menor que en cualquier otra materia, a excepción de las Ciencias Sociales en algún curso concreto.

En Primaria, el porcentaje más bajo de aprobados se da en el Inglés de sexto curso, con el 89,7% de los alumnos. Es la única asignatura de Primaria que baja del noventa por ciento de aprobados en Asturias.

En los cuatro primeros cursos de Primaria el porcentaje más bajo de aprobados es en Matemáticas. En los dos siguientes, en Inglés. La Lengua Castellana y Literatura se libra en esta etapa con porcentajes que en ningún caso bajan de los 93 puntos. Pero además en Inglés y Matemáticas los resultados globales finales van empeorando a medida que pasan los cursos, lo que algunos pueden entender como una incapacidad del sistema para poner al día a un sector del alumnado que comienza a renquear desde los primeros cursos y arrastra el déficit hasta el final de etapa.

En la ESO hay unas cifras que asustan. En tercer curso, solo 54 de cada 100 escolares consiguen superar las Matemáticas orientadas a las Enseñanzas Aplicadas (por decirlo en términos muy de adolescentes, "las Mates fáciles"), porcentaje que mejora hasta el 65,8% en el cuarto curso. Un buen número de alumnos se enfrenta a esta materia con conocimientos y habilidades escasos, pero quizá también con una visión un tanto apocalíptica sobre las Matemáticas: el peor escenario para afrontarlas. Habría que plantearse muy en serio la didáctica de la asignatura, la actual y las diferentes variantes.

Dejando a un lado esa pata coja matemática aplicada, los peores resultados de promoción en la ESO los encontramos en el Inglés de primer curso (solo aprueban el 78,2% de los escolares), y en las Matemáticas de ese mismo curso, con el 77,9. Otro dato para tener en cuenta: uno de cada cuatro alumnos varones de primero de la ESO suspende el Inglés.

La brecha de género (ellas mejor que ellos, como bien se sabe) encuentra su punto más amplio en Primaria en los cinco puntos y medio en Inglés de sexto curso. La cosa se complica en la Secundaria Obligatoria, con más de siete puntos de diferencia en la promoción de chicos y chicas en Inglés de primer curso y en Lengua Castellana de cuarto.

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