Llanes, R. D. / D. B.

El argayu que ha hecho caer miles de metros cúbicos de tierra sobre la playa de San Antolín, en el concejo de Llanes, tiene mucha historia. La acción de la lluvia y el temporal de los últimos días sólo ha sido la última gota de un vaso colmado de desmanes. La lenta agonía de la playa de San Antolín, que los lugareños denominan Beón, comenzó a finales de la década de los años sesenta del siglo pasado, cuando el desarrollismo franquista estaba en su apogeo. Entonces avanzaba la construcción de la N-634, que entonces se llamó «la carretera nueva», hoy transformada en autovía. Las obras requerían material de relleno. Mucho. Y también un lugar donde depositar el sobrante. Y en San Antolín había de esto y de aquello. En cantidad.

El Ministerio, entonces de Obras Públicas, sacó miles de metros cúbicos de piedra de un muro natural situado junto al monte de Niembru. Era la pared natural, construida durante miles de años por la acumulación de piedras, que posibilitaba la existencia de una laguna conocida como el Pozu las Ánimas, posiblemente el punto de mayor riqueza avícola del oriente de Asturias, situada en la desembocadura del río Bedón. La destrucción del muro y el posterior relleno del lago cambiaron para siempre el paisaje de la zona. También el equilibrio geológico. Para mal.

La desaparición del muro de piedras de Beón provocó cambios radicales en la playa. El monte de Niembru, que llegaba hasta la arena misma, poco a poco, se fue cayendo abajo. Las aves desaparecieron casi por completo. Y de la laguna por la que, según la leyenda local, vagaban los almas del purgatorio cada noche, nunca más se supo. Lo que había sido durante milenios una playa de extraordinaria belleza fue perdiendo todo su esplendor.

El mar quiso en varias ocasiones «reconstruir» el muro de piedras destruido por orden ministerial. Pero se cerraba por completo el río, lo que provocaba inundaciones en la zona del monasterio de San Antolín de Bedón. Así que la Demarcación de Costas tuvo en varias ocasiones que abrir con palas un paso para que el río alcanzara el océano. De esta manera el antiguo equilibrio, del que participaban el río, el mar, la laguna, el monte de Niembru, e incluso el llano de Naves, desapareció para siempre.

Los argayos se fueron sucediendo desde 1969, año tras año, en el monte de Niembru, sobre todo en la zona más cercana a la desembocadura del Bedón. En la actualidad, en la zona que ocupaba el Pozu las Ánimas pueden verse decenas de autocaravanas durante el verano. La Administración instaló un cierre (una cadena) a la entrada de la parte este de la playa de San Antolín, en la zona conocida como «del ríu», para impedir el paso de coches. Sólo funcionó un verano.

Mejor suerte que la playa de San Antolín han corrido otras playas del concejo, para las que la Demarcación de Costas del Principado de Asturias y el Ayuntamiento Llanes iniciaron ayer un plan de mejora. El vicealcalde de Llanes, José Balmori, indicó que las primeras actuaciones del plan de mejora de playas se llevan a cabo en la playa de Toranda, en Niembru, para continuar en las playas de Cuevas del Mar, en Nueva; en el arenal de Barru; y, en la cala de Toró, ubicada en las inmediaciones del casco urbano de la villa. El Vicealcalde salió así al paso de las declaraciones vertidas por el secretario de la asociación Ereba de Nueva, Agustín López-Rivas. El portavoz del colectivo nuevense denunció hace dos días el mal estado en el que se encuentra el acceso a la playa de Cuevas del Mar, la suciedad existente en el arenal y, por último, la contaminación que arrastran las aguas del río Ereba, con desembocadura en la playa de Nueva, y que carecen de saneamiento.

José Balmori negó que existan «ni dejadez ni agravios comparativos en el caso del estado de la playa de Cuevas del Mar», ya que según el Vicealcalde, la cala nuevense se encuentra en tales condiciones debido «a los últimos temporales que ocasionaron daños en el arenal». Por ello, el equipo de Gobierno socialista de Llanes remitió en su día el correspondiente informe a la Demarcación de Costas en Asturias para solucionar la situación actual de la playa de Cuevas del Mar, según Balmori.

El vicealcalde de Llanes recordó al portavoz de la asociación Ereba que la calidad de las aguas de baño de Cuevas del Mar fue calificada, el pasado año, como «buena», según el programa elaborado por la Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo del Principado de Asturias.

Por último, el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Llanes exigió al secretario del colectivo nuevense «un mínimo de respeto» por el alcalde de barrio de la localidad llanisca, Tomás González, que fue elegido, según Balmori, democráticamente por los vecinos de Nueva. Asimismo, Balmori aseguró que ni en Posada ni en Nueva se celebran concejos públicos. López-Rivas había denunciado la falta de apoyo del alcalde de barrio de Nueva, así como la ausencia de los tradicionales concejos públicos en la localidad nuevense.