Cangas / Benia,

Bárbara MORÁN / Ramón DÍAZ

Los continuos accidentes y extravíos registrados en los Picos de Europa están generando honda preocupación tanto entre los montañeros más expertos como entre las autoridades. El rescate, el pasado domingo, de cuatro geólogos ingleses que permanecieron atrapados en una sima de los Picos durante toda una noche ha hecho saltar de nuevo todas las alarmas, sobre todo porque dos integrantes de este grupo ya habían tenido que ser rescatados, el pasado 26 de julio, en el mismo lugar. La operación del pasado domingo obligó a movilizar a casi cien efectivos. Demasiado riesgo, demasiado gasto.

Tomás Fernández, responsable del refugio de la vega de Urriellu y dirigente socialista de Cabrales, teme que este tipo de incidentes lleve a las autoridades a restringir la concesión de permisos para investigar las simas de los Picos. Hasta hace unos años eran visitadas únicamente por expertos profesionales, pero desde hace unos años «llega también gente sin capacitación suficiente», así que los responsables del parque nacional de los Picos de Europa están pensando seriamente tomar cartas en el asunto.

Los Picos de Europa son el «Himalaya» de las simas, puesto que albergan las cuevas más profundas y extensas del mundo. El Asopladeru de la Texa, del que tuvieron que ser rescatados los cuatro geólogos ingleses de la Universidad de Oxford, es una de ellas; en concreto, la décima más profunda de los Picos, con 1.060 metros, y la undécima más larga, con 6.923 metros conocidos. Se queda, no obstante, muy lejos del «Everest» de las simas del sistema del Cerru del Cuevón del Trabe, con 1.589 metros de profundidad, o la Red de Toneyu, con casi 19 kilómetros de longitud explorados hasta ahora.

El Asopladeru de la Texa está situado en el concejo de Onís, cerca del refugio de la Vega de Ario, en la cara sureste del pico Cabeza Muxa, no muy lejos del Julyatu y relativamente cerca del desfiladero del río Cares, que marca el límite entre el macizo occidental o los Picos del Cornión, a los que pertenece, y el macizo central o de los Urrieles.

El Asopladeru de la Texa fue explorado inicialmente, en los primeros años noventa del siglo pasado, por espeleólogos catalanes, pero en seguida despertó la curiosidad de los especialistas británicos en la materia, sobre todo de los de la Universidad de Oxford, que llevan ya ocho años explorando esta cavidad y publicando decenas de trabajos sobre ella.

El equipo de geólogos británico que ha tenido que ser rescatado dos veces quedó atrapado el domingo cerca del Meandro del Guaje, «una zona muy estrecha, lo que unido a que la cavidad se carga de agua hizo que los cuatro geólogos no pudiesen ascender la sima y necesitasen nuestra intervención», subrayó el teniente de la Guardia Civil de Montaña de Cangas de Onís, Javier Medina, quien participó en el dispositivo en el que se activaron además del de Cangas de Onís a otros equipos de espeleología de la Guardia Civil de Montaña como los de Cantabria y Huesca.

Finalmente, los efectivos de rescate lograron salvar la vida a los ingleses, que se encontraban a unos 150 metros de profundidad, ateridos de frío y muy asustados.

Los equipos de rescate no paran. Menos en verano. Así, la unidad canina de Bomberos de Asturias y la Guardia Civil de montaña de Cangas localizaron en la madrugada del domingo al lunes, en perfecto estado de salud, a dos polacos que se habían perdido cuando realizaban una ruta del refugio de Urriellu al Jou de los Cabrones. Y, en la tarde de ayer, un hombre de 61 años fue rescatado por la Guardia Civil de montaña de Sabero (León) tras sufrir fuertes calambres en las piernas, cuando se encontraba en los Picos, en la zona de Soto de Sajambre.