El Carmen (Ribadesella),

Bárbara MORÁN

El Museo del Territorio de Ribadesella ha aumentado sus contenidos museográficos con la incorporación de un apartado dedicado a la historia antigua, concretamente a los períodos prerromano y posterior a la conquista romana.

El nuevo capítulo, que desde el pasado viernes ya puede visitarse en el equipamiento, completa los contenidos, centrados principalmente en la historia de Ribadesella en el siglo XIX, que pueden descubrirse en este museo, enclavado en las antiguas escuelas de la localidad de El Carmen.

Los nuevos atractivos son un panel explicativo sobre la ocupación del territorio riosellano durante la Edad de Hierro, coincidente con la cultura castreña, las formas de vida de la tribu y los cambios introducidos por la conquista romana tras las guerras astur-cántabras. Esta sección se completa con la inclusión de las reproducciones de dos estelas de época romana, encontradas en el concejo.

Las reliquias originales están guardadas en los depósitos del Museo Arqueológico de Asturias hasta su próxima reapertura, pero el museo riosellano logró el permiso de la dirección del mismo para la realización de las réplicas. Las copias de las estelas han sido elaboradas por la empresa riosellana Maquetas Lezzagon, que, dada la imposibilidad de realizar un molde directo, tuvo que emplear una técnica indirecta de modelado y tallado, a través del material fotográfico tomado de las piezas originales.

Las estelas fueron encontradas en San Esteban de Leces y son elementos arqueológicos de época romana que aparecieron en 1926, junto con otros materiales, como armas cubiertas de herrumbre, cerámica, ídolos y monedas de la época de Constancio (año 354).

Las lápidas ofrecen formas antropomorfas, es decir, figuras humanas. En la primera de estas reliquias, que está dedicada como es usual a los manes (dioses domésticos protectores del hogar), aparece el término Boclo, posiblemente haciendo referencia al clan al que el difunto pertenecía. Además del texto, muestra un dibujo esquematizado de una cara con ojos, nariz y boca. La segunda lápida está rematada en su parte superior por dos senos femeninos. El hecho de que la lápida se remate con esta alusión a la fisiología femenina tiene explicación en el mantenimiento de las creencias anteriores de los clanes prerromanos, en las que las divinidades femeninas, consideradas como imágenes de la Diosa Madre, simbolizaban la fecundidad.