Un par de reflexiones sobre el caso que ha llevado a la alcaldesa de Llanes, Dolores Álvarez Campillo, al Juzgado, como querellada por un presunto delito de injurias, al afirmar en un Pleno municipal que el presidente local del PP, Fidel Sánchez Gómez, tenía antecedentes penales; aseveración que, como luego se comprobó, era falsa. Primera reflexión: son los jueces los que, una vez estudiado el asunto en profundidad, deben decidir si la Alcaldesa cometió un delito, una falta o nada. Los demás debemos limitarnos a opinar. Sobran las cruzadas y los juicios paralelos. La segunda reflexión viene a cuento de una frase de la Alcaldesa durante su declaración, ayer, ante la jueza. Afirmó la regidora que lo que tuvo repercusión pública no fueron sus palabras, sino «el circo posterior». Mire usted, «circo», lo que popularmente se conoce como «circo» es lo que ocurre en la mayoría de los plenos municipales de Llanes. Aún se recuerda la alucinante imagen del desalojo de un cincuentón en camiseta... Eso es circo.