Benia / Cangas,

Bárbara MORÁN

Durante tres días y tres noches, noventa y cuatro vacas, propiedad de dos ganaderos de Onís y uno de Cangas, estuvieron desaparecidas en los Picos de Europa. La llegada de un repentino y fuerte temporal de nieve provocó esta situación, totalmente nueva para los ganaderos ya que nunca antes habían tenido que enfrentarse a tanta cantidad de reses desaparecidas de repente. Era como si se las hubiese tragado la montaña.

Los animales extraviados empezaron a aparecer durante la jornada de ayer. Todas menos quince, que siguen siendo buscadas por sus propietarios en la montaña de Covadonga. La recuperación de 79 vacas es el resultado de tres días de trabajo agotador y preocupación, así como de una operación de búsqueda liderada por los ganaderos afectados y protagonizada también por compañeros del gremio que se unieron a ayudar y por la guardería del parque nacional de los Picos de Europa. A este operativo humano se unió el helicóptero que habitualmente utiliza la reserva para transportar material, que fue puesto a disposición de los ganaderos para intentar encontrar desde aire lo que por tierra se presentaba como algo imposible, dadas las malas condiciones climatológicas que reinan desde el lunes en la zona.

«Han sido los peores días de mi vida como ganadero». Sin apenas aliento y roto por el cansancio, Manolo Remis buscaba ayer desesperado en el entorno de La Huesera, cerca de los Lagos, a las nueve vacas que aún le faltan, de las 78 a las que perdió de vista el pasado domingo. Este día Remis había visto a su ganado paciendo en la zona de Las Fuentes, en el entorno de la Vega de Ario, en plena alta montaña del concejo de Onís. La entrada de un repentino y fuerte temporal de nieve cogió por sorpresa a éste y a otros tres ganaderos de los Picos de Europa, que no tuvieron tiempo para ir por sus reses. La nieve impidió cualquier reacción.

El miércoles por la tarde, Remis por fin lograba encontrar a 42 de las 78 vacas extraviadas. Las encontró en el entorno de La Huesera. «Son animales muy listos, vieron que se venía un temporal y huyeron de la alta montaña», señaló orgulloso de sus reses el ganadero. No es para menos, ya que sus 42 vacas caminaron 17 kilómetros por zonas de alta montaña para salvar sus vidas y para buscar cobijo ante el fuerte temporal.

«Las daba por muertas porque estaban en el entorno de la Vega de Ario, a unos 1.300 metros de altura, y sabía que en la zona había caído más de un metro de nieve», relataba Remis con cierta impotencia, ya que jamás, y lleva desde chaval siendo ganadero en los Picos de Europa, había tenido que enfrentarse a tal situación. «Que de golpe te desaparezcan todas las vacas es un palo muy duro, lo pasé muy mal», confesó el ganadero, natural de Sirviella (Onís). Desde el lunes, Remis y el también ganadero Alberto Asprón, natural de Bobia Baju (Onís) y que tenía perdidas diez vacas, se «patearon» literalmente la alta montaña de Onís. Intentaron subir a la Vega de Ario con más de un metro de nieve para comprobar si sus reses seguían allí y lograr sacarlas para ponerlas a salvo. Fueron tres días de caminatas por la nieve y jugándose el tipo, ya que las condiciones atmosféricas eran muy duras. «Había tramos que teníamos que ir de rodillas porque el agotamiento nos impedía avanzar con tanta nieve», relató Remis.

Fueron horas de angustia, de preocupación y de impotencia, ya que los ganaderos empezaban a ponerse en lo peor. El miércoles por la mañana, los ganaderos de Onís ya llevaban dos días de intensa búsqueda sin resultados. Ante esta situación, el vicealcalde de Onís, José Manuel Abeledo, decidió pedir ayuda a Rodrigo Suárez Robledano, director del parque nacional de los Picos de Europa. «Eran muchos animales extraviados y decidimos pedir ayuda. Ese mismo día el Parque nos ofreció un helicóptero y varios ganaderos a bordo intentaron localizar por aire a las reses extraviadas», relató Abeledo.

El rastreo por aire no dio frutos, ya que la intensa niebla que dominaba la Vega de Ario impedía ver con claridad la zona. Ayer las cosas empezaron a mejorar y Alberto Asprón también tuvo suerte. Al mediodía lograba localizar a sus diez vacas, perdidas en la Vega de Ario, tras un durísimo ascenso a esta zona de montaña de Onís, que está a 1.500 metros de altura y que presentaba ayer más de un metro de nieve. Asprón subió acompañado por varios ganaderos de Onís y esta vez el esfuerzo tuvo la mejor recompensa que el ganadero podría desear.

«Fueron tres días muy duros, sufrí por ellas y porque me sentía impotente. No podía llegar ni ver desde el helicóptero y pensé en lo peor», confesó Asprón, mientras respiraba hondo y celebraba el fin de su pesadilla.

Claro que este rescate en las alturas aún está pendiente de un final definitivo porque quedan quince vacas por localizar en los Picos de Europa. Nueve son de Remis y seis de Ramón Sierra, ganadero de Llano de Con (Cangas de Onís), que ayer buscaba con la ayuda de unos prismáticos en el entorno de Los Lagos a sus reses desaparecidas. La última vez las vio fue en la vega de Comeya, en Cangas de Onís y desde el lunes esta buscándolas. Hoy, estos ganaderos continuarán su búsqueda para intentar dar con sus animales y ponerle un final feliz a esta vivencia. Sin duda, la peor que han vivido como ganaderos.