Caravia Baja, B. MORÁN

A estas alturas de siglo lo habitual es recibir noticias de los amigos o familiares a través del correo electrónico, hacer una transferencia bancaria desde el ordenador e incluso dirigir una empresa vía internet. Vivir desconectado de la red es hoy impensable para la mayoría de los ciudadanos, pero en Caravia Baja a sus alrededor de 400 vecinos no les queda otro remedio que vivir aislados, ya que, aunque parezca increíble, no disponen de conexión a internet. Las consecuencias que esta situación acarrea a los vecinos de Caravia Baja son nefastas, ya que en la actualidad casi todo se resuelve o es más fácil de resolver gracias a las infinitas posibilidades de la red y las nuevas tecnologías.

Caravia Baja está, así, sin una conexión digna que llevarse al ordenador, desde siempre. Ningún vecino ha vivido hasta el momento, a no ser fuera de Caravia Baja, la rutinaria experiencia de encender el ordenador y leer los periódicos, revisar el correo electrónico, informarse sobre cualquier trámite o realizar cualquier consulta. Todos estos hábitos que la mayoría de ciudadanos realiza prácticamente a diario son, a la vez, un imposible y un sueño en Caravia Baja.

Así las cosas, hace unos días Lorenzo Herrero Vallejo decidió hacer una improvisada encuesta y el resultado reveló que al menos 97 vecinos no disponen de internet. Muchos se han gastado dinero en dispositivos de módem USB, pero la cobertura no llega a este núcleo, que, paradójicamente, está en plena costa oriental, a sólo 67 kilómetros de Oviedo y a 50 de Gijón.

Para más inri, los vecinos denuncian que en Caravia Alta, que es el otro barrio del mismo núcleo, sí hay acceso a internet. Cansados de tener que desplazarse a Colunga y a otras villas cercanas para hacer trámites a través de la red, Lorenzo Herrero se reunió hace unos días con Pablo García, alcalde de Caravia, para pedirle una solución. «Muy amablemente me dijo que no le hacían caso», destacó Herrero, al tiempo que ejerció como portavoz de los vecinos y reivindicó que el Principado tome cartas en el asunto. «Hace unos días los medios publicaban que la cobertura de internet llega al 96 por ciento de los asturianos; pues Caravia Baja debemos de ser ese 4 por ciento que sigue a estas alturas sin cobertura», ironizó Herrero.

En el caso de este vecino, no disponer de internet merma y mucho su labor empresarial, ya que dirige una importante empresa consultora con sedes en diferentes países y es vital para él disponer de internet para realizar su trabajo. Igual de importante es para el resto de vecinos tener internet en casa. Soledad Alonso tiene hijos en edad escolar y cada vez que necesitan cualquier información deben desplazarse a Colunga, porque en su domicilio descargar cualquier asunto de la red supone el día entero. Además, «el coste que supone después en la factura es descomunal», denuncia esta vecina. En el caso de César Luis Valle, propietario de una casa rural en Caravia Baja, no disponer de internet supone que no puede ofertar a sus clientes la cómoda fórmula de hacer reservas online.

Y así se podrían enumerar hasta 97 casos concretos de vecinos que no tienen acceso a internet. Piden soluciones al Principado y al Ayuntamiento, y defienden que su exigencia es justificada: es un servicio vital en los tiempos que corren.