Ribadesella, Bárbara MORÁN

Los asiduos a las playas riosellanas han de tener muy presente este verano las nuevas normas que rigen esos espacios públicos. La ordenanza municipal reguladora del uso y disfrute de las playas del concejo ya es una realidad. La corporación riosellana acordó en la tarde del miércoles la aprobación definitiva a la normativa durante la celebración de un pleno municipal ordinario. Por unanimidad, los políticos locales aprobaron el texto que recoge las normas de conducta y las prohibiciones que imperarán en las playas. Entre los usos penalizados están no respetar la señalización de los socorristas y tirar basuras a la cala. Los socorristas, además, adquieren más poder, pues la normativa los faculta como testigos de las infracciones.

La iniciativa para regular los usos de las calas locales comenzó a gestarse en junio de 2009 y casi un año más tarde ya es una realidad. Tras pasar el periodo de información pública en el «Boletín Oficial del Principado de Asturias» (BOPA) el pleno aprobó anteayer el reglamento y con este trámite la ordenanza ya ha entrado en vigor. Los gobernantes buscan con esta nueva reglamentación garantizar la protección y el respeto de las playas locales, y también dejar claro a quienes disfrutan de ellas que hay ciertas normas que deben tenerse muy en cuenta. De no hacerlo, el infractor deberá asumir la correspondiente multa, que puede alcanzar los 1.500 euros.

El paso más significativo que el Ayuntamiento da con la entrada en vigor de la ordenanza es que se garantizará que las alertas de los socorristas sean respetadas por los usuarios. El reglamento faculta al personal de socorrismo como testigo de las infracciones; es decir, si un bañista no atiende a las indicaciones del vigilante y decide darse un baño con bandera roja, cuando llegue la Policía Local, aunque ese usuario ya no esté en el agua, la declaración del socorrista será determinante con vistas a una posible sanción, por haber quebrantado las normas de seguridad y por poner en peligro su vida y la de quienes, en su caso, tendrían que acudir a rescatarlo.

Algunos hábitos que serán penalizados son: poner la música alta, jugar a las palas en zonas que no estén apartadas, practicar el surf en la zona de baños, hacer hogueras y tirar residuos en la playa. Las multas varían dependiendo de la infracción: hasta 750 euros en el caso de una falta leve y hasta los 1.500 euros para las graves.