El pasado viernes la alcaldesa de Ribadesella, Charo Fernández Román, presentó el plan estratégico de turismo hasta 2015 con la presencia de Covadonga Vigil, directora de la Escuela de Turismo de Asturias, y de Ana García Pando, máxima autoridad regional en la materia. No deja de ser alentador, por una parte, ver que la gestión municipal del turismo se aborda de una manera técnica y planificada, algo que se había echado de menos en el mandato anterior, en el que los problemas políticos impidieron el aprovechamiento del sector. Por otra parte, es grato comprobar que se vuelve a contar con la Escuela de Turismo, pues esta institución estuvo al lado del Ayuntamiento en los momentos más brillantes del desarrollo turístico local, y me refiero a los mandatos de Pepe Miranda, pues de justicia es reconocérselo. También fue interesante ver allí a Ana García Pando, que en su día fue la técnica responsable del magnífico plan de excelencia turística, aunque tras la convocatoria de nuevas elecciones autonómicas su cargo y su promesa de apoyo debe entenderse que quedan al albur de los acontecimientos. Es una de las consecuencias de la praxis política de su capitán, que ha llevado a una situación harto comprometida a los navegantes que se embarcaron en su bergantín y que ahora deben despedirse sin apenas haber salido del puerto.

El plan presentado es un desarrollo del que ya se expuso el 30 de septiembre y del que dimos cuenta aquí. Se mantienen los cuatro ejes básicos, a saber: la potenciación de las nuevas tecnologías (nueva web municipal, realidad aumentada, redes sociales y cosas así), el mantenimiento de los planes de calidad (afortunadamente conservados durante el mandato anterior), la promoción en red (villas marineras, Camino de Santiago, España Verde y Sociedad Regional de Turismo, aunque ahora se sustituye por Dirección General de Turismo, dándole una sutil estocada al «chiringuito») y el enunciado de los ejes de promoción, que en aquel esquema del 30 de septiembre aunaba el producto turístico con la promoción y la comercialización. Ahora este último punto se desdobla en dos áreas, producto y promoción. En lo que atañe a ésta última, la Alcaldesa trazó dos líneas, el «turismo experiencial» y las infraestructuras. En la última incluyó un plan de señalización -que es muy deficiente y no sólo en la Autovía del Cantábrico- y la accesibilidad, conservación y creación de rutas temáticas y lugares de interés, que tan interesantes resultan también para el estúpido vandalismo que nos azota impunemente hoy en día.

El turismo experiencial, lógicamente, va unido a esas infraestructuras, pues se trata de potenciar iniciativas de guías (parece inminente una escuela taller de guías para las huellas de dinosaurios, ¡aleluya!), promocionar los deportes y aprovechar los recursos náuticos, con paseos en barco y tal, aunque no sé cómo encaja esa iniciativa con la dura realidad de la legislación marítima. Los ejemplos de Galicia no sé hasta qué punto avalan la idea, pues no parecen tener un suelo administrativo muy firme, y la voluntad de la marinería local aún está por ver. Ojalá se consiga poner algo en pie, porque sin duda sería un gran atractivo para esta villa tan marinera.

En promoción y comercialización se dice que hay que recuperar la marca «Ribadesella», algo desdibujada hoy, y lanzar el turismo gastronómico. También incluye el aprovechamiento de las sinergias con actividades deportivas o culturales, y la Alcaldesa citó los actos para conmemorar el 200.º aniversario de las Cortes de Cádiz, que en Ribadesella gravitarán en torno a la figura de Argüelles, como no podría ser de otra manera. En otro orden de cosas, hizo hincapié en la necesidad del resurgimiento del asociacionismo y pidió el renacer de Fomento y Turismo de Ribadesella (Foturi), «latente» desde hace unos años.

El plan estratégico se cierra con un calendario de actividades para todos los meses del año, en el que se incluyen eventos (jornadas gastronómicas del «arcín» y de varias otras cosas, semana del mar, regatas y actividades náuticas), músicas varias -no se menciona ningún evento coral, seguiremos a la espera-, jornadas técnicas para el sector, sorteos en Facebook y un mercadillo navideño. En este caso, parece que orientado a apoyar el comercio local y no a perjudicar al gremio ni la imagen de la villa, como suele pasar en algunos cutremercadillos que conocemos por estas latitudes. Bueno es que se cuente con el sector para hacer las cosas y bueno es que se planifique a largo plazo la acción turística, aunque ya se sabe que el papel lo aguanta todo. Ah, y bueno sería también que el sector correspondiera al envite y colaborara un poco con las iniciativas públicas a ver si Ribadesella vuelve a estar donde una vez no muy lejana estuvo.