Ribadesella, P. MARTÍNEZ

Los trabajadores de la empresa riosellana Ramón Cabrales S. L. continúan haciendo guardia para evitar que los nuevos propietarios saquen la madera de su sede en el polígono de Guadamía y preparan la denuncia que interpondrán contra ellos en los juzgados de Cangas de Onís. Raquel Cabrales, una de las ex empleadas, exigió el pago de los atrasos, el finiquito y las indemnizaciones tras el cierre.

Estas quince personas han perdido su empleo convencidas de que existe carga de trabajo suficiente para mantener abierta la empresa y han anunciado que no permitirán que los actuales propietarios saquen el material de la fábrica hasta que les den lo que les deben. Además, acusan a los nuevos gestores -afincados en Madrid- de ser «unos estafadores. Compran empresas, las desvalijan y las cierran. Entregan pagarés sin fondos a los proveedores y les marean hasta que les embargan», añadió Cabrales.

En su caso, el despido llegó a mediados de julio de 2011, cuando las cosas ya iban mal. «Nos decían a los que estábamos en la oficina que no se pagara a nadie, que el dinero se les diera a ellos», relató la trabajadora. La empresa fue vendida en octubre de 2010 a Suministros Barquín, los empresarios madrileños que, según su testimonio, operan tras la web compramosempresas.com. Estas personas comunicaron, a mediados de enero, el cierre de Sierra del Cuera -en la misma fábrica-, con el consiguiente despido de sus cinco trabajadores, y el pasado miércoles les tocó a los de Ramón Cabrales S. L., inactiva desde el día siguiente y en la que sólo quedan tres personas, que se encontraban en regulación de empleo y que serán despedidas el 1 de marzo. «Vinieron a entregar las cartas de despido sin previo aviso y con la empresa en funcionamiento», relató Cabrales; «querían llevarse la madera. Dejaron a dos personas vigilando que ni siquiera tienen contrato». Pero ellos también vigilan, se turnan para pasar por allí cada hora u hora y media, «el tiempo que pueden tardar en cargar un camión», explicó. Los trabajadores ya impidieron el sábado que un vehículo de matrícula portuguesa se llevara una carga de madera, en presencia de una patrulla de la Guardia Civil. «Queremos que se haga justicia, que no saquen nada hasta que nos indemnicen. Cuando nos paguen, que hagan con la empresa lo que quieran», añadió Cabrales.