Asiegu (Cabrales),

Patricia MARTÍNEZ

Empezaron como un juego, valorando las excursiones como «una herramienta para convertir a los turistas en viajeros». Los hermanos Javier y Manuel Niembro, promotores de la «Ruta'l Quesu y la Sidra», han convertido a Asiegu, en Cabrales, en referencia del turismo sostenible y protagonizan ahora un estudio de la Escuela de Turismo de Asturias y de la Hochschule München alemana.

En trece años han pasado de las 500 visitas anuales a las 5.000 que tienen en la actualidad y son un ejemplo, pionero y muy vivo, del equilibrio entre el desarrollo y la conservación. «Siempre tuvimos claro que no hay turismo rural si muere el campo y su cultura, de modo que su futuro depende de la supervivencia del campo». En su experiencia comprobaron cómo «a la gente del campo le gustaba contar sus historias. El interés que mostraban los turistas por escucharles les indicaba el aprecio y la estima que nadie les había dado antes».

La alemana Irmela Neu es una de las profesoras que la semana pasada estuvo junto a los estudiantes de Turismo en Asiegu. A su juicio, la ruta «es un producto con corazón, auténtico, algo que no está pensado sólo como producto económicamente rentable. Más bien corresponde a un deseo de dar a conocerlo por entusiasmo, por convicción de que Cabrales tiene algo único que ofrecer». La docente cree que sería recomendable «combinarla con montañismo», por el que hay un gran interés en Alemania, y propuso ofrecerlo en «pequeños paquetes». Neu estableció un paralelismo entre el «ecoturismo», con gran tirón en el país germano, y el turismo rural que desarrollan concejos como el de Cabrales.

Mónica Sánchez, de la Escuela Universitaria de Turismo de Asturias, coincide con su colega en señalar que ahora los turistas buscan «lo casero, lo auténtico, lo que ya no vas a encontrar tan fácilmente», y añade «el turismo de momentos, de vivencias, de experiencias», algo que los hermanos Niembro ofrecen desde hace tiempo.

El decano de la facultad germana, Theo Eberhard, subraya la necesidad de «pensar de qué manera se puede mejorar la comunicación» entre la comarca, y en concreto el concejo de Cabrales, y Alemania. «Con dinero no se logra, hay que formar redes de comunicación, networking, y este intercambio es un primer paso», apunta antes de subrayar que «lo más importante de la oferta es la calidad de las infraestructuras».

El próximo reto de la ruta cabraliega es, según explica Manuel Niembro, «entrar en el mercado europeo, porque hasta ahora la mayor parte de las visitas son nacionales. Para eso tenemos que ofrecer la ruta en otros idiomas, y vamos a intentar que esto sea una realidad el próximo verano».