Ortiguero (Cabrales),

Alba SÁNCHEZ R.

La artesanía asturiana engancha. Si no, que se lo pregunten a Antonio Vega, «el de la Maeda», barcelonés de nacimiento y asturiano de vocación que desde hace 25 años vive a caballo entre los municipios de Onís y Cabrales ofreciendo a los visitantes una amplia variedad de objetos artesanos. Como a él le gusta explicar a los que le visitan, la artesanía asturiana va mucho más allá de lo que se suele vender en las tiendas de souvenirs.

Las principales joyas de la tienda son las piezas hechas en azabache y en la piedra mágica conocida como quiastolita, los tradicionales tinteros realizados en bambú y, cómo no, las piezas que representan la mitología asturiana y de simbología celta. El 70 por ciento de los productos que exhibe Vega los encontró por toda la geografía asturiana y el otro 30 por ciento lo componen piezas traídas de sus innumerables viajes.

Antonio Vega llegó hace ahora 25 años a la comarca oriental, casi por casualidad, ya que su andadura comenzó por el Occidente, descubriendo los productos de los artesanos de toda la vida. Entonces descubrió piezas como las navajas de Taramundi o las tallas de las «teas» de pino, que aunque son conocidas en gran parte de España y fuera de nuestras fronteras, no se comercializan en grandes cantidades por las dificultades que entraña muchas veces su transporte.

Tras recorrer dos tercios de la geografía asturiana llegó al pueblo de Talavero, en el municipio de Onís, y se quedó prendado de una casa. Decidió que su futuro se hallaba en ese lugar y montó la tienda exposición en el cruce de caminos de la localidad cabraliega de Ortiguero, a la vera de la carretera, para hacer a los visitantes partícipes de su gran pasión, la artesanía. Los productos expuestos son escogidos con esmero y todos los años cambian para que los visitantes fijos descubran cosas nuevas para llevar a sus casas de temporada o se lleven un recuerdo para las casas de sus lugares de origen. Esta apuesta hace que los artesanos confíen en él a la hora de valorar sus productos. Por ejemplo el artesano del papel David Leira, que no duda en salir de su taller para realizar demostraciones de su trabajo y que la gente pueda admirar lo complejo y duro que es vivir de la artesanía. También agradece a Vega su apuesta y su paciencia por la venta de originalidad.