Ribadesella,

Sin hueco hasta el domingo y con presencia de barro por las inundaciones sufridas el pasado invierno. Así se abrió ayer al público la cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, en el primer día de esta temporada. Entre los usuarios mucho turista nacional pero también asturianos, como el grupo desplazado desde Oviedo y acompañado por el historiador Paco Torca, uno de los excavadores de la cueva de Llonín (Peñamellera Alta) y de La Viña (Oviedo). "Vivo fuera y vine para hacer alguna actividad con mis amigos de toda la vida", apuntó Torca, que sí conocía la cueva. Nunca había estado, sin embargo, la ovetense Susana Sánchez-Ocaña, que tenía unas "expectativas altas" antes de entrar a la gruta.

"No sólo por el interés prehistórico de la cueva, sino porque desde el punto de vista geológico las grutas ya tienen mucha belleza", describió Sánchez-Ocaña, que el año pasado por estas fechas conoció la cueva de El Pindal, en Ribadedeva.

Para entrar ayer a Tito Bustillo los ovetenses tuvieron que reservar "hace más de un mes", apuntó Torca, quien ve "totalmente lógicos" los cupos limitados en el yacimiento. En la gruta riosellana entran cada día un máximo de 150 personas, divididas en grupos de quince en cada uno de los diez pases que hay. El pasado lunes ya no había hueco para ver la cueva esta semana, aunque algunos lo consiguieron a última hora debido a las cancelaciones. Fuentes del centro de arte rupestre, que gestiona las entradas, indicaron que para la próxima semana sí quedan plazas.

En el grupo de ovetenses, que conoció la gruta al mediodía, había tanto personas que no conocían la cueva como una amiga de tres de los descubridores. Carmina González de Mesa tuvo un trato personal con los dos hermanos Bustillo, Tito y Eloísa, y con Pía Posada y sí había visitado el yacimiento riosellano.

Algunos guías advirtieron ayer a los visitantes de la presencia de barro en el camino que recorre la gruta, pues las crecidas del río San Miguel, que discurre por su interior, provocan la formación de estos lodos. Los guías advirtieron de la más que probable suciedad en los zapatos a la salida, algo que no pareció importarles demasiado.

La cueva de Tito Bustillo se puede visitar de miércoles a domingo, de 10.15 horas (primer pase) a 17.00 horas (último pase). Está cerrada los lunes y martes y los días 8 y 9 de agosto por a la celebración de les Piragües.