"En el mundo del órgano hay mucho intrusismo. Un pianista no puede sacarle a este instrumento su toque apropiado y su repertorio si no tiene formación". Así de contundente se muestra Irma Fernández Alonso, que mañana, a las 17.00 horas, actúa en la basílica de Covadonga dentro del VII ciclo "Órganos de Covadonga" que organiza el Cabildo del Real Sitio. Se trata de nueve piezas barrocas, principalmente españolas, según adelantó la artista, que tuvo plena libertad para seleccionar el repertorio. Interpretará alguna pieza menos conocida, como "Lafustemberg" del francés Corrette, aunque el colofón final lo pondrá la conocidísima "Tocata en re menor" de Bach. Todas tienen una característica en común: son piezas cortas, aclaró Fernández, que tras culminar sus estudios superiores de piano y órgano ahora se atreve con el clavicémbalo. Buscó que las piezas a interpretar "sean amenas y gusten al público que no conoce el instrumento de tal forma que el que asista quiera repetir", aclaró. Y es que el afán divulgativo está muy presente en la joven, que desde 2003 imparte clases de música en un instituto de su Orense natal. Para acercar al órgano a los más jóvenes y evitar que lo vean como un instrumento rancio", impulsó junto a otros músicos como Soledad Mendiven la Asociación de Amigos do Órgano "Un rato no tubo", con más de medio centenar de miembros. "Es importante formar a los más pequeños para que no vayan sólo a ver conciertos de Bisbal", explicó. Para ello organiza talleres de construcción de tubos de órgano o cuentacuentos acompañados del instrumento para que se familiaricen y sepan que es de viento", indica.

Aunque es la primera vez que toca el órgano de Covadonga, conoce bien la construcción puesto que en Orense recibió un curso de su creador, Federico Acitores. "Es increíble cómo se adapta de bien a la arquitectura. Su estructura única te permite verle las tripas de la que subes a tocar. Intentaré lucir todos los registros y posibilidades", aseguró, tras realizar ayer la primera toma de contacto con el instrumento.

Fernández comenzó sus estudios musicales con 9 años y con sólo 17 se convirtió en la organista del santuario de Nuestra Señora de Fátima, en Orense, tras el fallecimiento del anterior músico, iniciando una carrera meteórica que sigue ensanchándose.