La localidad amievense de Santillán acogió ayer su tradicional feria de San Miguel, en la que destacó la elevada concurrencia de ganado, así como las quejas de los vendedores, que en muchos casos declinaron dar salida a sus animales debido a su bajo precio, que consideraron poco rentable.

La elevada oferta, que la organización cifra en torno a las 300 reses, aunque con matices porque muchas ventas se efectúan antes de que el ganado llegue incluso al recinto ferial, así como la propia venta anticipada, marcaron un evento que supuso todo un acontecimiento, pues el buen tiempo propició una gran asistencia.

Esta cita es una de las más concurridas de la comarca en esta época, pero en los últimos años se está viendo resentida por la escasez de compradores, que prefieren otras épocas del año para hacer tratos, aunque son muchos los que aprovechan esta circunstancia para adquirir reses de gran calidad a precios inferiores a los del mercado.