"El río Sella está triste porque se va uno de sus ribereños más entusiastas". Con esa afirmación del párroco Juan Carrio Laria coincidían las decenas de personas que ayer se acercaron a la iglesia de Arriondas para despedir a Emilio Pando Bustillo, el que fue el primer alcalde de la etapa democrática en Parres.

Pando, que falleció el jueves en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), a los 92 años, ejerció como regidor socialista entre abril de 1979 y mayo de 1983, "aunque no era un político al uso", señaló el cura, que hizo un repaso por todas las facetas del exalcalde. La de amigo desprendido y la de padre afable, procedente de una "familia vetusta y con solera". La de un esposo que durante los últimos 57 años compartió su vida junto a Celina Canteli. La de profesional que dirigió "en los años veloces de la construcción" una exitosa ferretería en la plaza Venancio Pando. La misma plaza que su abuelo donó en 1866 al municipio para el mercado y las fiestas. Y la de político que contribuyó a modernizar el país. Por eso los miembros de la corporación municipal parraguesa no dudaron en arropar en este último adiós a la familia que, junto al féretro, cubierto por una bandera con el escudo de Parres, no paraba de recibir condolencias.

Entre los asistentes al entierro no sólo había compañeros de partido, como el actual alcalde, Emilio Longo, el exalcalde Marcos Gutiérrez y el regidor piloñés, Iván Allende, sino también personas como Francisco Álvarez Cascos, con el que, a pesar de las diferencias ideológicas, tenía gran amistad, cimentada a pie de río.

Bondadoso, vital y moderno son los adjetivos que mejor le describían, coincidieron los asistentes. El cura también señaló que Pando mantuvo el sentido del humor, "tochures" como dicen en Arriondas, hasta el final."No sabía decir que no a nadie", contaba Pepito el de El Español. Una opinión coincidente con la de vecinos como Ramón Cofiño, que aludió a la estrecha amistad entre Pando y el también fallecido Ramón el Roque y Juan Palacios.