La angula se resiste a entrar en los cedazos de los pescadores y, tras tres días de veda, las capturas de ayer no alcanzaron el kilo en la subasta de la rula de Ribadesella. Esta escasez explica que casi un mes después del inicio de la costera el precio se mantenga en los 450 euros a los que se vendió ayer.

El tiempo revuelto de los últimos días hizo pensar que el preciado alevín quizá se animara a remontar los ríos, pero ha coincidido con la luna llena, una claridad que no le gusta.

Esta semana sólo se pudo pescar el lunes y el viernes y las escasas capturas hacen que muchos anguleros esperen a tener una cierta cantidad para ir a la subasta. Mientras tanto, las mantienen vivas en sus casas y permanecen a la espera de que el escurridizo pez empiece a fluir río arriba.