La cuenta atrás para comercializar queso de los Beyos bajo el distintivo de Indicación Geográfica Protegida (IGP) ha comenzado, aunque con retraso. Si el pasado noviembre el subdirector general de Calidad Diferenciada y Agricultura Ecológica, Rafael Bolívar, anunció en una reunión con los productores en Sames que las primeras contraetiquetas comenzarían a colocarse en cuatro meses, la falta de un gobierno estable tras las elecciones nacionales de diciembre ha imposibilitado cumplir el plazo.

Aún así las tres queserías de Amieva inscritas a la IGP -Pregondón, Picu'l Sella y La Collada de Cirieñu- esperan que, a más tardar, las primeras piezas comiencen a comercializarse en verano. Esto supone que a la etiqueta propia de cada elaborador (comercial) se le añada una numerada como garantía de identidad de producto.

Los tres negocios queseros recibieron el mes pasado la visita de un par de técnicos del Ministerio de Agricultura, una primera toma de contacto que sirvió para inspeccionar las instalaciones y comprobar que los registros se adecuan a los pliegos de condiciones establecidos para la IGP Queso de los Beyos.

Los especialistas explicaron a los artesanos queseros en qué consisten los mecanismos de autocontrol internos y las auditorías, que comenzarán a realizarse a partir del mes de junio. Será el Magrama y la Agencia para la Información y Control Alimentario (Aica) quien supervise el proceso.

Los artesanos de los Beyos confían en que comercializar bajo el amparo de la IGP dará un empuje a la producción y servirá para poner en valor el producto, que se elabora con leche de cabra, vaca u oveja sin mezclaren Amieva, Ponga y en el vecino municipio leonés de Oseja de Sajambre.

La venta de queso de los Beyos bajo la figura de calidad IGP supone cerrar un ciclo que se inició en junio de 2008 con la creación de la Asociación de Promotores de Queso de los Beyos. El carácter supraautonómico de la IGP y el escaso número de productores hizo que se ralentizará el reconocimiento oficial.

En esta nueva etapa los elaboradores de queso de los Beyos se comprometen a curar las piezas un mínimo de 20 días en el secadero (60 en el caso de que se elabore con leche cruda) antes de comercializarlas en vez de algo más de una semana como venía siendo habitual. Tampoco podrán vender bajo el amparo de la IGP quesos que resulten mezcla de las tres leches.

Sus piezas, de forma cilíndrica y con caras planas, no podrán pesar más de medio kilo y llevarán un minucioso registro desde la recepción de la materia prima hasta la expedición final. En los pliegos de condiciones se establecen requisitos como el de madurar el queso a una temperatura de entre 8 y 12º grados y a una humedad comprendida entre el 75 y el 85%, siendo necesario el volteo diario de las piezas.