La traición de Judas hizo enmudecer a las decenas de personas que ayer se dieron cita en la Plaza Mayor de Infiesto para disfrutar de la escenificación de la oración de Jesús en el huerto de los olivos. La capital piloñesa se sumió en la más completa oscuridad para contemplar el beso con el que Iscariote, encarnado en la figura de Víctor Ramón Rodríguez, señaló al Nazareno, al que Manuel Castañedo dio vida, para los soldados que lo prendieran.

Antes, con la única iluminación de antorchas y una hoguera, los apóstoles acompañaron a Jesús a su rezo angustiado en un escenario en el que no faltaba detalle, al son de cornetas y tambores. Uno de los momentos más emotivos fue cuando entre humo y un destello de luz se le apareció hasta en dos ocasiones un ángel (interpretado por el joven Nicolás Montoto, de 10 años) a un realista Jesucristo. Otras escenas emocionantes: cuando las mujeres tratan de defender a Cristo, cuando los soldados encargados de prenderlo caen al suelo muertos de miedo o cuando los apóstoles huyen despavoridos.

La recreación impulsada por la Cofradía del Vía Crucis Viviente de Infiesto emocionó al público, que previamente disfrutó de la Última Cena en la iglesia de Infiesto, abarrotada. El párroco local Manuel García Velasco fue el encargado de presentar el acto del lavapiés. Aseguró que Jesús era "un revolucionario porque entonces sólo los esclavos lavaban los pies". La narración de Elías Llano y Manuel Eloy Álvarez cautivó al respetable, que rompió en aplausos al terminar el evento. La procesión del Nazareno, a cargo de la Cofradía del Santo Cristo de la Misericordia de Infiesto, puso el colofón final al Jueves Santo en Infiesto.

Las celebraciones de la Semana Santa piloñesa continúan hoy con la representación del III vía crucis viviente, en el que participan más de 200 actores. La escenificación será a partir de las 18.00 horas, en la Plaza Mayor de Infiesto, y recorrerá la calle principal, hasta finalizar con la crucifixión de Jesús y los dos ladrones en la plaza del Ganado.