Ignacio Montes Suárez (Oviedo, 1972) acaba de ser reelegido presidente de la Asociación de Comerciantes y Servicios de la Villa de Infiesto (Coservi).

-Repite mandato. ¿Tiene asignaturas pendientes?

-Quedaron pendientes acciones de la primera anualidad del Plan Estratégico de Comercio y Turismo como la creación de una oficina de turismo en el edificio de la Obra Pía, un producto turístico coordinado para promocionar de forma conjunta Piloña, impulsar la BTT o crear una red de rutas de senderismo acondicionadas y bien promocionadas.

-¿Por qué modelo de gestión apuestan?

-Desde que estamos inmersos en el Plan Estratégico, herramienta que nos ha dotado de una visión total de carencias y oportunidades y permite estructurar el trabajo diario, arrastramos gran carga de trabajo administrativo: hay que presentar proyectos, llevar contabilidad... Por eso, en esta nueva etapa fijamos en asamblea una cuota mensual de diez euros para socios y contrataremos a una persona que asuma las tareas de dinamización turístico.

-Impulsan la parte folclórica del Descenso del Piloña que se celebra el día 23. ¿Novedades?

-El Descenso popular desde Coya a Infiesto con históricos del piragüismo, conmemorando la primera excursión de Dionisio de la Huerta hace ochenta años que dio lugar a la Fiesta de las Piraguas. Apostamos por el tren fluvial y un desfile en que cada uno hace lo que quiere, no hay normas, la única condición es pasarlo bien. El evento ha crecido gracias al trabajo del Club Neptuno.

-¿Que supondrá para Piloña acoger permanentemente la exposición "Los 13 del Sidrón"?

-Será para toda la comarca de los Picos un referente que nos situará a nivel internacional. Era una acción prevista en la anualidad de 2015 del Plan Estratégico por la que el alcalde, Iván Allende, apostó personalmente. Dotará de actividad cultural al concejo junto con el Museo del Reloj.

-¿Apoya a los empresarios que piden quitar el veto a la comercialización del salmón?

-Entiendo la reivindicación de comercializar productos locales que darían calidad a nuestra gastronomía y serían un atractivo turístico indiscutible. Puede ser el salmón o la caza, como se reclamó en Piloña. Pero hay que hacerlo con una normativa que cumpla con la ley de seguridad alimentaria y que proteja a las especies. Esa problemática se da con la avellana, tenemos un problema para comercializarla fuera del festival.