Marcos Bajo salió ayer a las ocho de la mañana de los Lagos de Covadonga y antes de las diez y media estaba en la plaza del Ayuntamiento de Cangas de Onís. El atleta catalán, que sufre una aguda discapacidad visual, recorrió ayer en solitario más de veinte kilómetros con un doble objetivo: dar a conocer a la población qué son las Enfermedades Raras (ER) o Minoritarias y animar a practicar deporte a todos como terapia de superación.

Y lo consiguió, porque a su llegada a meta le esperaban numerosas personas para darle apoyo. Entre ellas su compañera de viaje, la invidente Minerva González, que no pudo participar al padecer una tendinitis. Los dos impulsan la Vuelta Solidaria a España en modalidad duatlón (a pie y en bicicleta), con la que tienen previsto recorrer 3.400 kilómetros en 59 días para recaudar fondos para investigaciones sobre las ER. Lo hacen en colaboración con la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER).

La de ayer fue su 42ª etapa, que hoy completa su paso por Asturias con una travesía Llanes-Colombres. En 35 de las anteriores -empezaron en Madrid- la lluvia hizo acto de presencia, pero los deportistas aseguran que ni las inclemencias meteorológicas van a impedir que cumplan el reto, que finaliza el 18 de junio en Barcelona. "Se sufre un poco así, pero más sufren a diario las familias afectadas por una ER", apuntó Bajo, que a consecuencia de una retinosis pigmentaria cuenta con sólo una visión central de cinco grados.

Bajo, que se proclamó campeón del mundo en la combinada de los Parasky Games 2012 en categoría de deficientes visuales, hace de guía para su compañera, que sufre ceguera total desde los 8 años. El año pasado ya completaron la Volta Solidària Catalunya y la repercusión social que tuvo el evento fue precisamente la que animó a ambos a impulsar un desafío nacional. "Es importante que los médicos tengan tacto. No le puedes decir a un niño de 15 años que no va a llegar a los 17 de golpe, hay que usar la psicología", apuntaron los deportistas, que fueron recibidos por la corporación municipal de Cangas de Onís, que les entregó un trofeo y un pin del concejo. "Tenemos buena acogida pero necesitamos apoyo institucional", concluyeron los jóvenes.