"Los últimos dragones de Oviedo" es el nombre del documental que esta tarde (18.00 horas) se proyectará en el Museo del Jurásico de Asturias (Muja) y también el que los investigadores de las universidades de Oviedo y Oporto dieron a las poblaciones de salamandras de la capital asturiana.

La subespecie ovetense no se diferencia, a priori, de las que se encuentran por todo el Cantábrico, desde Galicia a la mitad de Cantabria y el norte de León. Salvo, eso sí, porque estas "paren larvas terrestres y ya están desarrolladas, no tienen que pasar la fase acuática", explica el biólogo David Álvarez, guionista del documental y que estará presente en la proyección de hoy en Colunga. El resto de las salamandras paren las larvas en el agua, pero esta singularidad permitió a las de la capital asturiana sobrevivir dentro de la ciudad, en un ambiente "bastante inhóspito de por sí para un anfibio", sin agua.

Los anfibios ovetenses son muy conocidos en el extranjero por esta peculiaridad, "incluso más que aquí", puntualiza Álvarez, antes de explicar que hace años, cuando casi nadie en la ciudad sabía de su existencia, investigadores alemanes ya se desplazaron para estudiarlas. El documental también recoge otra perspectiva, la mitológica, que se incluirá en la presentación. "Es un animal que siempre causó un poco de temor entre la gente, se pensaba que era venenoso e incluso mortal", expone el biólogo, antes de aclarar que "no tiene ningún peligro para el ser humano".