El promotor de la obra de El Concilio, en Ribadesella, detuvo ayer la obra de excavación para construir un edificio tras registrarse quejas, a causa de los ruidos, por parte de varios turistas y de un empresario hostelero de la zona. El constructor ha decidido seguir la obra "al ralentí", evitando en lo posible los ruidos. Además, el jueves representantes de El Concilio se reunirán con dirigentes municipales para buscar una salida satisfactoria para todas las partes en conflicto. El promotor, pese a que la licencia municipal lo avala para ejecutar las tareas de excavación, está dispuesto a realizar durante los meses de julio solo tareas de mantenimiento, vallado e instalación de casetas de obra, para, ya en septiembre, reanudar la excavación.

El conflicto surgió cuando, a las ocho de la mañana, el promotor de El Concilio inició las obras de excavación del terreno. Varios clientes de los apartamentos El Picu (antiguo hotel Boston) elevaron sus quejas al propietario, Abel Soto. Eran las mocho y cuarto de la mañana y nadie les había avisado del inicio de la obra. Estaban molestos por el trasiego de camiones y palas durante sus vacaciones y por la acción de un martillo percutor, "que hacía temblar los cimientos". Abel Soto, que tampoco sabía nada del inicio de la obra en pleno mes de julio, vio dos camiones de carga y la retroexcavadora", maquinaria que "atravesaba la acera sin señalizar y pasaba a la carretera nacional, donde el tráfico no estaba regulado", según describió.

Soto habló con el promotor, que le confirmó que "iban a empezar a picar hasta abajo" (dos plantas por debajo del nivel del suelo), pues llevaban tres años esperando por la licencia. De la obra, el empresario hotelero se fue al Ayuntamiento, donde expuso su malestar: "en Ribadesella por desgracia vivimos de cuarenta días, que van desde el quince de julio hasta el treinta de agosto, siendo generoso. Ponerse a excavar el primer día de esos cuarenta parece un poco ilógico", lamentó. También se puso en contacto con todos los partidos de la oposición en Ribadesella. "Todo el mundo echaba manos a la cabeza", al igual que "los vecinos de la zona, muchos de ellos veraneantes y de segunda residencia, que no dan crédito y se preguntan cómo se les ocurre" iniciar una excavación el 18 de julio.

El empresario sabe que el promotor de El Concilio cuenta con licencia municipal, pero apela a la "lógica pura y dura", que a su juicio indica que, "al menos esta fase de la obra, no se haga en esta época. Si es otra cosa, levantar paredes, hacer estructura... ¿pero excavar? Son dos profundidades y es de envergadura", añadió.

También ve inconvenientes en el uso de la carretera, el "único acceso a la playa" de Santa Marina. "No tienen ni perímetro de seguridad ni nada, está la gente pasando por la acera y el cazo de la retroexcavadora a un metro de ellos". Soto destaca "la imagen" que se llevarán los visitantes de Ribadesella, viendo el acceso y el entorno de la playa "lleno de camiones, de escombros y con la carretera llena de tierra".

El promotor, pese a que tiene "todos los permisos en regla", decidió parar por su cuenta. Ha retirado los camiones, no volverá a picar y se limitará a ejecutar tareas que no provoquen ruido. Hoy iniciará los trabajos a las once de la mañana. Quiere evitar "perjuicios a los hosteleros y a los vecinos. Volveremos a excavar el 1 de septiembre, o cuando sea", señaló uno de los dueños.