Este artículo no es una loa a la novela homónima de Ernest Hemingway, si no a todas las comisiones de fiestas de Asturias que, de forma altruista, se encargan de organizarlas en los distintos pueblos de nuestra geografía, para goce de vecinos y foráneos, y de una manera especial a la de San Ramón del pueblo de Garaña de Pría, al que me siento unido por distintos motivos.

Durante todo un año están pensando y organizando actividades para que el día del patrón todo salga perfecto. En la mayoría de las ocasiones, como ocurre en el caso de Garaña, la labor es ímproba (rifas, día del bollu, bar de la fiesta, visita puerta a puerta a todos los vecinos para solicitar aportaciones?). A veces, alguna de estas labores no resulta agradable, pero se realizan con el mejor ánimo posible y una sonrisa en la boca, pensando en lo que la fiesta significa tanto para el mantenimiento de las tradiciones, como para socializar e interrelacionar a los vecinos y vecinas.

Finaliza la fiesta y no hay descanso, ya comienzan a pensar qué hacer para que la celebración del año siguiente sea aún mejor. A veces surge el desánimo pero la búsqueda del bien común y la persistencia de la identidad de los núcleos rurales, es lo que sin duda, les da ánimos para continuar con esta labor impagable de cuyos resultados disfrutamos todos.

Si hoy hay fiesta en tu pueblo o estás de visita en alguno en que haya, disfrútala, pero si ves a alguien de la comisión que la organiza, bríndale una sonrisa, seguro que te lo agradecerá y le dará energía para seguir con esa labor tan necesaria en nuestros pueblos, para que uno o dos días al año nos olvidemos de lo cotidiano, bailando y disfrutando de la compañía de amigos y vecinos.

P.D. Os animo a celebrar hoy San Ramón en Garaña y cuando lo estéis pasando bien, acordaros que se debe en gran parte al trabajo de la gente de la comisión y obsequiarles con una sonrisa.