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Diálogos orientales | SANTI GALGUERA | Presidente de la asociación "Naves de Beón", músico y folclorista

"Los bailes antes no eran coreografías como ahora, sino con un ritmo en cada zona"

"En 'El Corveru' estamos haciendo trabajo de campo y en el momento en que tengamos una jota de Ribadesella será lo primero que saquemos"

Santi Galguera, desfilando en un concurso y muestra de trajes tradicionales en octubre. XUAN ALONSO

Santi Galguera (Naves de Llanes, 1996) es un músico y folclorista que desde septiembre preside la asociación "Naves de Beón", que nace con la idea de recuperar las tradiciones que se perdieron en la localidad llanisca, desde música y baile hasta festividades y deporte. Es además director de la Escuela de Baile "El Corveru" de Ribadesella.

-¿Por qué un grupo de gente joven se preocupa por recuperar lo antiguo?

-Por este sentimiento de que lo nuestro hay que llevarlo a la luz, muchas cosas están desaparecidas y es nuestra verdadera cultura, eso no se puede perder. También tenemos ganas de hacer cosas juntos. En invierno está cada uno en una parte del mundo y teníamos ganas de hacer pueblo, de hacer piña.

-Por edad no han vivido ninguna de las tradiciones que quieren recuperar, ¿cómo se documentan?

-Siempre contamos con testimonios de vecinos que vivieron esas épocas y acontecimientos que queremos sacar. Nunca nos inventamos nada, contamos con los vecinos y si no con testimonios escritos de hace más de un siglo. La idea es organizarlo nosotros pero que lo viva todo el pueblo. Como era antes, no con invenciones o cosas que no eran.

-Naves se ha quedado sin sus últimos centenarios, ¿Sienten la urgencia de recoger lo que los mayores tienen que contar para que no se pierda?

-No es porque no se pierda, pues el grueso ya está atesorado. Pero sí tenemos prisa porque lo puedan vivir. Muchas cosas que queremos recuperar igual hace más de sesenta o setenta años que no se hicieron. Y no va a ser lo mismo hacerlo con gente que lo haya vivido.

-¿Por ejemplo?

-Una modalidad de bolos que sólo se jugaba en la zona de Naves, Villah.ormes y H.ontoria, que se perdió, o el modo de bailar y hacer música, que era como divertimento, espontáneo. Y los aguinaldos, que son nuestro siguiente paso.

-¿En qué va a consistir?

-Lo normal en esta zona era cantarlo el último día del año. La idea que tenemos es enseñar a cantarlo a los peques y lo que saquen para ellos; también aprenderlo los de la asociación y reinvertir lo que consigamos, porque casi no hay fondos. Más que nada porque lo vivan. Fui de los últimos en cantarlo y no era el de verdad. Ahora contamos con gente mayor para recuperar una canción tradicional del aguinaldo en Naves y primero será esto que el "Arre borriquito" o un extranjerismo. Es algo que también quisimos hacer en la Noche de Difuntos, que siempre se celebró y no Halloween.

-¿Cómo se puede luchar contra la industria de la publicidad, el cine y el marketing?

-Es tan fácil como organizarlo. Aquí siempre se colocaron calabazas con velas en los caminos y las vegas y se contaban cuentos mitológicos en casa, no esto de truco o trato e ir disfrazados. Pues en vez de organizar y decir a los críos que salgan a vestirse, es tan fácil como que los padres los animen a cortar calabazas. Se lo pasan igual de bien saliendo a dar sustos por los caminos. La forma de meterlo siempre es pasarlo bien y tomárselo como una fiesta o juego, eso acaba entrando solo.

-En cuanto a los bailes, ¿darán alguna sorpresa?

-Antes, en el momento de bailar no se hacían coreografías, como ahora. Cada zona tenía una forma de bailar cada ritmo. En Naves sólo queda una señora que sabe bailarla jota, Pepita González. Se habla del xiringüelu de Naves, pero resulta que xiringüelu es la forma que tenían en la zona de Gijón de referirse a un ritmo ligero, que en Naves y por un testimonio del siglo XIX era "lo menudu", y la jota "lo gordu". Ahora Pepita me enseñó a mí, pero no puede ser que en Naves no sepa nadie más. Hay muchos proyectos en la asociación y este sí puede ser el más chocante. En otros sitios no se perdió tan pronto, pero aquí sí y la gente está muy ilusionada por recuperarlo.

-¿Cómo sería una escena típica de baile hace cien años?

-Imaginémonos que tocan una cumbia y la gente, sabiendo o no, sale a bailar. Antes era igual: el mozu sacaba a la moza y nunca habían ensayado, pero sabían cómo era la jota en ese sitio y la bailaban. Y no tenía por qué ser igual que la pareja de al lado, había una estructura clara pero cada uno la adornaba como quería. Allí estaba el músico, no había orquestas ni mucho menos, sino alguien que tocaba por cuatro duros o pedía. Tocaba y la gente salía a bailar, sin más. No daban una voz para que la música cambiara. Eso no es tradicional, no es como se construían los bailes antes. Lo de ahora son coreografías, por eso prefiero llamarlo baile regional.

-¿Qué balance hace del tiempo que lleva al frente de "El Corveru"?

-Al principio tenía un poco de miedo, porque empezamos con mucha gente y al cocer todo mengua, pero no se perdieron tantos, no deja de entrar gente nueva además y estamos muy contentos, ahora somos casi treinta personas y para el tiempo que llevamos tenemos un nivel bastante alto.

-¿Qué proyectos tiene?

-Estamos renovando el repertorio entero, desde bailes a canciones y puestas en escena de momentos cotidianos. Trabajamos duro, comprando instrumentos, probando formaciones de músicos y ropa nueva. Hacemos trabajo de campo en la zona de Oriente, que está poco trabajada por los grupos de baile. Hay muchísima riqueza y la gente no lo sabe. En Ribadesella el baile también se perdió y salvo la danza prima no hay nada recogido. Estamos pendientes de que una persona a la que enseñó su abuela nos enseñe. En cuanto tengamos una jota de Ribadesella será lo primero que saquemos.

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