"Sólo con saber que vamos a hacer felices a dos niños ya merece la pena el esfuerzo", señaló el ovetense Adriana Pérez, quien junto a su pareja participó ayer, junto con otra 500 personas, en la segunda edición de la Ruta solidaria del Rey Mago, entre Cangas de Onís y el santuario de Covadonga. Los asistentes, que partieron de la ciudad canguesa después de las 10 de la mañana y empezaron a llegar al Real Sitio poco antes de la una de la tarde, entregaron juguetes a la llegada en los soportales del Museo de Covadonga. Los juguetes son donados a ONGs.

A la una de la tarde, buena parte de los participantes, algunos de ellos disfrazados con motivos navideños, culminaron la peregrinación solidaria en la cueva de la Santina, donde el abad de Covadonga, Juan José Tuñón Escalada, pronunció unas palabras, en las que destacó la enorme carga de "ilusión" que tuvo la jornada y que la ruta es una "misión importante", regida por el "espíritu solidario". Además de la inscripción (10 euros por persona), la demanda de gente de fuera de Asturias para colaborar con la causa llevó a los organizadores -cuatro jóvenes asturianos- a abrir la posibilidad de realizar donaciones, que se destinarán íntegramente a regalos para los niños más necesitados, así como a iniciativas que promuevan actividades para ayudar a los pequeños más desfavorecidos.