N.I., el hombre de origen rumano y de 35 añios, detenido ayer como presunto autor de varios robos en Posada, ha sido puesto esta mañana en libertad con cargos.

El intenso trabajo desarrollado por las fuerzas de orden público para dar con los responsables de la oleada de robos en comercios que viene sufriendo Posada en las últimas semanas comienza a dar sus frutos. En la madrugada de ayer una patrulla de incógnito de la Guardia Civil procedió a la detención de uno de los integrantes de la banda organizada de rumanos a la que los investigadores atribuyen los robos que mantienen en estado de alerta a los vecinos de la localidad llanisca.

Los acontecimientos tuvieron lugar en Posada al filo de las cuatro de la mañana cuando el individuo (de más de 30 años), según fuentes policiales, se disponía, presuntamente, a asaltar la cervecería Córner. Este local fue objetivo de la banda en los dos últimos golpes que dieron el Posada durante el pasado mes de diciembre y el 10 de enero.

Junto al detenido se encontraban al menos otros dos individuos, todos ellos de nacionalidad rumana, los cuales lograron huir. En la operación tomó parte también una patrulla de la Policía Local. El detenido fue llevado a los calabozos del cuartel de la Guardia Civil a la espera de ser puesto a disposición judicial. Los agentes del instituto armado retiraron en la mañana de ayer un vehículo de gran cilindrada situado en la calle del centro cívico de Posada perteneciente a un hombre de nacionalidad rumana con diferentes hechos delictivos a sus espaldas en Madrid. Se trataría del vehículo utilizado por los asaltantes.

Desde el pasado mes de diciembre han tenido lugar en Posada siete asaltos. El último de los robos fue el pasado 10 de enero cuando los ladrones entraron en el estanco situado en la travesía principal y en la misma cervecería que habían robado un mes atrás. En los asaltos anteriores acontecidos en esta localidad también se vieron afectados una tienda de material agrícola, una óptica y una ferretería.

La banda que actúa Llanes está perfectamente organizada y cuenta en sus filas con un elevado número de miembros. Operan en localidades situadas alrededor de la autovía del Cantábrico, entre Cabezón de la Sal (Cantabria) y Ribadeo (Galicia). Su objetivo son establecimientos comerciales valiéndose de la Transcantábrica como vía de escape.