La playa de La Espasa, en el concejo de Caravia, fue este fin de semana objeto de varios robos. Los ladrones entraron el sábado por la noche en las instalaciones municipales del chiringuito y el puesto de salvamento, situado junto a los baños del arenal. Del primero se llevaron las bajantes, una de las piezas del alivio de aguas, que también sustrajeron del puesto de socorrismo, junto con los canalones.

A la parte superior de las instalaciones accedieron empleando una escalera que cogieron de una residencia de la zona residencial de La Espasa, asaltada esa misma noche.

Estos robos engrosan la larga lista de sucesos similares que se han registrado en los últimos meses en la comarca. Así, la localidad llanisca de Posada de Llanes sufrió siete robos en un mes, siendo los comercios de la travesía de la localidad los principales afectados. Un ciudadano rumano de 35 años fue, por el momento, el único detenido por estos sucesos, que motivaron la instalación de cámaras de videovigilancia en las calles de la localidad llanisca. Quedó en libertad horas más tarde.

Con todo, las viviendas tampoco están libres de asaltos, ya que otras poblaciones del concejo, como Pancar y Naves, también han sido objeto de hurtos en los últimos meses. Y tampoco se libra de los ladrones el resto de concejos de la comarca, con especial incidencia en Ribadesella. La pasada semana la Guardia Civil detuvo a dos cántabros como autores de tres robos en una misma sidrería, y en la localidad de Berbes también ha habido robos en viviendas.

Al concejo de Colunga tampoco le son ajenos los hurtos, tanto en comercios como en casas. Un conocido café situado en el centro de la capital del concejo fue objeto de la atención de los cacos, e igualmente una vivienda situada en pleno centro de la localidad, junto a un área comercial, que fue asaltada a plena luz del día, una circunstancia que ha causado especial inquietud entre los vecinos.