Llanes, Emilio G. CEA

Recuperar, a base de abedules y robles, el antiguo aspecto de los bosques situados en la zona de L'Arquera, en Llanes. Con esa intención, medio centenar de personas, dirigidos por los miembros de la fundación vasca sin ánimo de lucro Lurgaia, plantaron, en sustitución de eucaliptos, un total de 510 plantones de estas especies autóctonas, cedidas por un vivero de Grado. Los trabajos, en un tono desenfadado y educativo, se desarrollaron en una finca de una hectárea propiedad de la familia Álvarez. La institución vasca ha plantado desde su puesta en marcha en 2002 más de 70.000 árboles en 140 terrenos de 225 hectáreas. Sus patronos Amador Prieto, Javier Franco y Jon Hidalgo calificaron de "muy positiva" su primera experiencia en Asturias.

"Nuestra idea pasa por recuperar el mayor número posible de bosques por toda la cornisa cantábrica", asegura Amador Prieto. Por su parte, Javier Franco explica que este tipo de iniciativas buscan cambiar el uso de los bosques, afectados en su mayoría por la preeminencia de especies no autóctonas como pinos o eucaliptos, y que el bosque natural vuelva a reinar en el Cantábrico. "No hacemos esto para colgarnos ninguna medalla. Somos conscientes de que pasarán décadas hasta que esto recupere su antiguo aspecto. Será un legado para futuras generaciones", apunta Franco.

Entre los voluntarios, gente de todas las edades. La pequeña Natalia Alonso se afanaba en ayudar a su madre, Esther Pascual, en cavar en la tierra para meter los plantones. "Hemos venidos desde Oviedo. Es una buena iniciativa para pasar el día y fomentar el amor por la naturaleza entre los más pequeños", subraya Pascual. Mientras, el llanisco Kiko Valle tenía como ayudantes a sus hijas Marta y Anabel, de 8 y 6 años respectivamente. "Es muy divertido", aplaudían las hermanas Valle.

También desde Oviedo llegaron a Llanes Reyes López, su marido, Fernando Álvarez, y el hijo de ambos, Fernando, de 9 años. "Nos hemos enterado por mediación de un amigo y aquí estamos", anuncia Reyes López. "Todo lo que sea cuidar los bosques y protegerlos es bueno", recalca el niño. Elena Álvarez, una de las propietarias de la finca, muestra su entusiasmo con el proyecto y confía en que iniciativas como esta se expandan por terrenos cercanos y otros rincones del concejo. La jornada finalizó con una reparadora espicha, obsequio de la familia Álvarez, y la sensación común de haber puesto un pequeño grano de arena para que recuperar el esplendor de los bosques autóctonos.