La residencia de Poo de Cabrales "va viento en popa". Así lo aseguró ayer el alcalde, el popular Francisco González, ante la elevada ocupación que el equipamiento municipal ha conseguido desde que se abrió en diciembre. De las 21 plazas disponibles están ocupadas 17, un 81 por ciento del total. El regidor visitó ayer la residencia junto a la consejera de Bienestar Social, Pilar Varela, para inaugurar el servicio de forma oficial.

El Ayuntamiento ha externalizado la gestión y la lleva una empresa privada (Advase) pues "no tiene capacidad", explicó el regidor. De las 21 plazas disponibles, la mitad más una son concertadas con el Principado y el resto privadas. "La abrimos en diciembre y a 18 de febrero ya estaban cubiertas todas las plazas del ERA (Establecimientos Residenciales de Ancianos, dependiente del Gobierno regional)", apuntó el Alcalde, quien habló de una "progresión espectacular" en el asentamiento del servicio. No es de extrañar, señaló González, ya que el equipamiento está en un "pueblo llano, con vistas al Urriellu, es un sitio privilegiado", añadió. También Varela apreció la ubicación de la residencia, la última abierta en régimen de concierto entre el Principado y el Ayuntamiento.

En toda la región son trece los equipamientos que tienen esta fórmula (dedicar la mitad más una de las plazas al acceso público), lo que cuesta a las cuentas regionales 3,7 millones de euros. Varela anunció para este año la creación de 202 nuevas plazas en toda Asturias, de las que el Oriente se llevará las 42 de la ampliación de la residencia de Arriondas. Cuando estén operativas serán más de 500 las plazas residenciales que habrá en la comarca oriental.

En cuanto a la de Cabrales, la adjudicataria se ha encargado de adquirir todo el mobiliario y a cambio el Ayuntamiento no le ha cobrado nada por la explotación del servicio. "Lo importante es que los vecinos tengan su propia residencia y las familias estén cercanas para poder atenderlos", destacó el alcalde cabraliego. La construcción de esta residencia comenzó en 2009 y concluyó en 2011. Ha costado 1,3 millones de euros, de los cuales el 90 por ciento fue aportado por el Principado y el resto, más el solar, la redacción del proyecto y el seguimiento y control de la obra, por el Ayuntamiento.

Se trata de un logro vecinal, surgido durante la celebración del Día del Mayor en el concejo, en 2007. Entonces, varios asistentes, entre ellos miembros de la Asociación de Mayores de Cabrales, consiguieron arrancar a las autoridades el compromiso de que construirían un asilo. En el otoño de 2009 comenzaron las obras, que atravesaron todo tipo de vicisitudes a causa de la crisis económica. Las obras acabaron oficialmente en el verano de 2011, con casi un año de retraso, pero no se recepcionaron hasta 2015.